Y tú, ¿te vas a vacunar?
- Mariana E
- 11 dic 2020
- 3 Min. de lectura
La medicina es la ciencia de la incertidumbre
y el arte de la probabilidad.
William Osler
A un año y unos pocos días de haberse detectado el primer caso de CoVid-19, ya tenemos vacunas listas y la primera mujer de 90 años vacunada en Reino Unido (Margaret Keenan).
Uno de los temas más importantes en las últimas semanas a nivel mundial, ha sido la vacuna y recientemente en México, por supuesto, la estrategia propuesta por parte del gobierno para poder realizar la campaña de vacunación.
En esta entrega quiero compartir un poco de todo eso que he investigado y visto para poder tomar una decisión acerca de este proceso y tener mi propio criterio al respecto. Porque también estamos en nuestro derecho de no querer aplicarnos la vacuna; importante con esto, no estoy exhortando a que no lo hagamos, pero sí a prestar atención de todo eso que ocurre que a veces no le damos interés.
Empecemos por la pregunta básica que a veces se nos olvida: ¿Qué es una vacuna?
Es una preparación destinada a generar inmunidad adquirida contra una enfermedad determinada, estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos.
Partiendo de esta base, distintos laboratorios en el mundo están en una carrera bastante particular y gobiernos de las grandes potencias inmersos en este camino han evidenciado el hambre que tienen de poder. Es muy fácil recordar el primer nombre comercial de la vacuna que conocimos: Sputnik (Gam-COVID-Vac) de Rusia, de la cual cientos de rusos incluso desconfiaban; de ahí estaban en la lista muchas otras empresas como AstraZeneca, Johnson & Johnson, La Moderna y gobiernos en esta carrera que más que parecer un maratón (en función de tiempo y distancia) por las implicaciones que podría generar en la salud de los pacientes, parece un sprint de 200 metros solo para saber quién será el ganador de esto que lo han vuelto una competencia, porque no veo a varias empresas unidas por un mismo fin e incluso gobiernos; pareciera que todos caminan por separado.
Existen casi dos docenas de vacunas en diversas etapas de prueba en todo el mundo, y una de ellas –la ARNm-1273 de Moderna– arroja resultados prometedores. Sin embargo, la creación, prueba y producción de la mayoría de las vacunas generalmente suelen demorar ¡entre ocho y quince años! Hasta ahora, la que se produjo en menos tiempo fue la vacuna contra las paperas, que llevó cuatro años.
Con la misma premura también vienen las dudas y preguntas respecto a que la vacuna que se elabore no cuente con un período suficiente de prueba y, en particular, un período para determinar si conlleva riesgos. La historia demuestra que vale la pena ser reservados. Un caso para recordar es la vacuna RotaShield, que fue la primera vacuna contra la gastroenteritis por rotavirus. Se relacionó a obstrucción intestinal en bebés y se retiró del mercado en 1999, casi un año después de que fuera aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
Y con estos datos no te preguntas ¿cómo es posible que en esta ocasión tengan una vacuna en tan poco tiempo?
El Dr. Mark Mulligan, director de la División de Enfermedades Infecciosas e Inmunología de New York University Langone Health, en la ciudad de Nueva York, menciona:“La agilización se debe a que estamos haciendo de forma paralela lo que antes se hacía de manera secuencial, por ejemplo, producir una vacuna al mismo tiempo que hacemos estudios para asegurarnos de que sea eficaz, que no tenga riesgos y que se tolere bien”.
Entiendo la urgencia de contar con una vacuna lo más pronto posible, ya que hoy el mundo está sufriendo una segunda ola de contagios y muertes mucho más intensa y qué decir de México... al menos en la CDMX, las autoridades han querido aplazar un semáforo que hace muchas semanas tuvo que haber estado en rojo. Y para muchos resulta difícil de creer que hay estados de la república en semáforo verde, cuando en las noticias nos dicen o leemos que los hospitales nuevamente están al máximo de su capacidad.
Por último, recordar las fases que deben llevarse a cabo para una vacuna: pruebas en grupos pequeños de personas, segunda etapa, crece el número de personas. La vacuna se prueba en personas mayores de 65 años y en otros grupos previamente excluidos de los ensayos; cuarta etapa, el producto sale al mercado y comienza el control.
Con este panorama queda únicamente ser pacientes, confiar en la ciencia detrás de todo este proceso, y por supuesto seguir cuidándonos de un virus que ha cambiado nuestra forma de ver el mundo y la forma en la que nos relacionamos.
Referencias: https://www.who.int/topics/vaccines/es/
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