No solo turismo: mi casa ahora tiene arte propio.

En la mente de todo artista hay una obra maestra

– Kai Greene –

Un viaje que terminó siendo más que simple turismo

Hace unos días me fui de fin de semana con una amiga a una ciudad que llevábamos tiempo queriendo visitar juntas. Más allá de la fiesta que ofrece, la cantidad de museos, exposiciones temporales y, en general, de arte, es simplemente espectacular. Esa ciudad es Berlín.

Siempre me ha parecido fascinante poder ser dueño de una pieza de arte, ya sea una escultura, una fotografía o incluso una pintura. Sin duda, no suele ser algo económico ni accesible para todos, pero siempre he admirado a quienes pueden hacerlo.

BAAM: donde el arte se vuelve cercano

Aunque consideraba muy lejano comprar una obra, durante esta visita fuimos a la exposición temporal BAAM (Berlin Artists Art Market), un mercado donde artistas locales y emergentes exhiben y venden sus obras sin los intermediarios tradicionales. Su objetivo es democratizar el acceso al arte, apoyar a los artistas y fomentar una comunidad artística abierta e inclusiva. Allí puedes encontrar miles de obras: pinturas, fotografías, instalaciones, piezas multimedia y más, con precios que van desde accesibles hasta moderados.

Mi primera obra

En medio de este mercado lleno de arte contemporáneo decidí comprar mi primera pieza. Aunque estaba indecisa entre dos obras, me dejé guiar por lo que esta pintura en particular me transmitió: primero, los tonos azules; después, el semblante sereno de la mujer; y finalmente, las flores, que interpreto como una metáfora de mis propios pensamientos: algunas ideas florecen, otras se apagan… así funciona mi mente todos los días.

La artista: Wanda Stang

La obra es de Wanda Stang, una artista visual alemana (nacida en 1985) que vive y trabaja en Berlín. Su práctica se centra principalmente en la pintura, aunque también trabaja con escultura, instalaciones y arte mural. Estudió pintura, diseño textil y diseño de superficies en la Universität der Künste Berlin-Weißensee.

Lo que sigue

Tengo claro que el próximo año regresaré a BAAM. Esta vez quiero ahorrar para adquirir una obra más grande… o simplemente otra que conecte profundamente conmigo. Me emociona iniciar este camino que siempre me ha fascinado: el de crear tu propia colección de arte y rodearte de piezas que hablen tu propio idioma.

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Mis conclusiones te las comparto:

· Comprar arte es más emocional que racional: eliges aquello que te elige a ti.

· El arte no tiene que ser inalcanzable; existen espacios que lo acercan a todos.

· Iniciar una colección personal es también una forma de conocerte más.

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