Y llegamos a los 2 años…
- Mariana E

- 4 dic 2020
- 4 Min. de lectura

Y tú, ¿aún no pierdes la esperanza?
Espero que nunca perdamos la esperanza de que las cosas puedan mejorar y ser distintas, si no, nos encontraríamos ante un grave problema, sobre todo en lo personal. Estaría increíble poderles decir que está en nosotros mismos hacer de este país algo mucho mejor que lo que tenemos, sin embargo, me parece que no es del todo nuestro trabajo, ya que formamos parte de un sistema que en muchas ocasiones no nos permite crecer y al contrario, nos va colocando obstáculos que nos vuelve más difícil alcanzar nuestros sueños e ilusiones y por supuesto nuestros objetivos.
Ya que tenemos a un presidente que vive en la ilusión total (o al menos así lo veo cuando dice que ha cumplido con 97 de sus 100 compromisos), en un México que por supuesto yo no veo. Y me sigue sorprendiendo como el 64% de la población sigue aprobándolo, pero bueno, eso dicen algunas encuestas además de muchas otras cosas sobre él, que valdría la pena cuestionarnos si creerlas o no.
Me parece importante hablar sobre estos temas que deberían de ser de interés general, y sé y estoy consciente de que no soy una experta en varios de ellos; sin embargo, me gusta saber, aprender y sobre todo entender para tener mi propia postura al respecto, por todo ello, hoy quiero realmente hablar un poco sobre ese país del cual dijo que nos íbamos a convertir y recordarle al presidente algo muy básico:
Yo quiero un México donde pueda salir a la calle sin miedo, donde pueda encontrar noticias sobre mi país y saber que existen nuevos descubrimientos y apoyos en ciencia, arte, tecnología y en otras áreas. Quiero un México dónde la educación sea el eje de partida de una sociedad que ha estado rota muchos años debido al narcotráfico. Quiero que las opciones para millones de niños no sean vender droga en la calle o estarse moneando desde jóvenes; quiero un país que realmente ayude y aliente a los jóvenes a tener oportunidades, donde ellos realmente aprendan a pescar y no seguir dando apoyos que en muchas ocasiones no llegan a quienes realmente lo necesitan y que al final no es una solución real para el problema. Quiero que deje de destruir este país, privilegiado en recursos naturales, que deje de destruir las selvas, que en lugar de pensar en sus minas, refinería y en proyectos que no tienen cabida, piense en energías renovables y sustentables sobre las cuales podríamos ser una verdadera potencia. Que las personas tengan acceso a un sistema de salud digno, donde exista una verdadera educación sobre la alimentación, la vida sexual, entre tantos otros temas. Donde de verdad entienda que existe un movimiento de mujeres nunca visto, luchando por ser escuchadas y que se siguen violando muchos de nuestros derechos.
Hace poco me preguntaron por qué antes no levantaba la voz contra otros gobiernos y por qué ahora sí lo hago. La respuesta es sencilla, el tiempo que estamos dejando ir es sumamente valioso y no quiero que sigan pasando más décadas sin poder ver el México en el que muchos queremos vivir.
Quiero ser una mexicana orgullosa de vivir en México y él no necesita decirme que hará de México una Dinamarca, y si es así, entonces valdrá la pena sentar un precedente de este país con algunas cifras.
Dinamarca fue el primer país en legalizar las uniones del mismo sexo en 1989. Le recuerdo que en este país aún quedan muchos estados que no han aceptado este tema.
Puedes beber agua del grifo. México ocupa el primer lugar del mundo en consumo de agua embotellada debido a que no contamos con un sistema que nos permita tomar agua de grifo.
Diversos estudios afirman que Dinamarca es el país más feliz del mundo. Esto se debe a su alta calidad de vida y al hygge, un término danés que hace alusión al placer de disfrutar de las pequeñas cosas, una actitud muy extendida entre los daneses.
El 81% de los adultos de 25 a 64 años han terminado la educación media superior, cifra mayor que el promedio de la OCDE que es 79%.
En lo que respecta a la calidad de la educación, el estudiante promedio obtuvo un resultado de 504 puntos en lectura, matemáticas y ciencias en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) de la OCDE. Este resultado es ligeramente mayor que la media de la OCDE de 486. En promedio, en Dinamarca las niñas superaron a los niños por 2 puntos, cifra que coincide con la brecha media de la OCDE.
Podríamos seguir aunque dicen que no es bueno comparar, pero ya que Dinamarca se volvió tendencia por sus declaraciones, vale la pena dejar claro que falta mucho camino por recorrer para acercarnos a algunas de las cifras de ese país, empezando por temas educativos.

No pierdo la esperanza de ver un cambio, pero tampoco me dan mucho aliento sus decisiones y su actitud ante todo lo que estamos viviendo. Sí, espero mucho de las personas y más de un presidente que luchó tanto para estar en la posición que hoy ocupa…
Referencias: http://www.oecdbetterlifeindex.org/es/countries/denmark-es/




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