Un privilegio ser… ¡Sí, SOY MAESTRA!

Se tú mismo. Los demás puestos ya están ocupados.

Oscar Wilde

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Algo que nunca había compartido en mi blog, y que sin duda es una de las pasiones que me han definido y han marcado el rumbo de mi vida. Siempre he pensado por qué solo ser una cosa en la vida si podemos ser todo eso que nos proponemos y queremos… así que, ¡SOY MAESTRA! Y ESTUDIANTE, TODO EL TIEMPO.

Aquí un cachito de mi:

Desde muy niña sabía que quería enseñar, que quería estar al frente de un salón y poder compartir. Hay muchas fotos mías de niña dando clases a seres inexistentes que solo habitaban en mi imaginación y era la forma en que estudiaba, dando clase de lo que aprendía cuando iba a la escuela.

El tiempo pasó rápido. Me fui creando esas oportunidades para poder dar clases; entré a estudiar la maestría con mucha ilusión porque siempre me he considerado una alumna, una estudiante de la vida y también lo hice con la clara idea de que algún día daría clases, así que estudiar el posgrado me lo iba a permitir. Y así fue, terminé mi maestría. Más madura y decidida regresé a mi universidad para dar una clase muestra y el resultado fue favorable. Días después me llamaron para iniciar un nuevo semestre y con esto la primera clase formal de mi historia. Había tenido algunas experiencias, por ejemplo mi servicio social fue dar clases a adultos mayores. Sin embargo, tener mi primer grupo fue un sueño hecho realidad. Una meta cumplida. Es todo eso que siempre imaginé y no, al mismo tiempo.

¿Y por qué no?

El dar clases sin duda es compartir conocimiento, conceptos, información, entablar conversaciones, puntos de vista, discusiones, por lo que ser maestro va más allá de solo enseñar; para mí es compartir tu mejor versión y que cada uno se dé cuenta del inmenso potencial que tiene.

Recuerdo mis primeras clases como si hubieran sido ayer. Era una maestra sumamente exigente, –lo sigo siendo– pero nada comparado con los primeros semestres. Cada grupo y cada estudiante me han ido enseñando algo mucho más valioso: somos seres humanos en crecimiento, buscando nuevos caminos, encontrándonos y desarrollándonos.

He tenido clases sumamente difíciles, que me han puesto a prueba, donde me he topado con una versión desconocida de mí y he tenido que trabajar muchísimo y mejorar, y por supuesto eso incluye ser mucho más empática, sincera y honesta. También he tenido clases increíbles de verdad, donde veo el empeño que cada uno de los estudiantes pone, donde se ve realmente el esfuerzo, la dedicación, las ganas, sus capacidades y tengo que decirlo, me siento simplemente muy orgullosa. Y son más esas clases donde salgo llena de energía, aunque sean las 10 pm.

Muchos me recuerdan porque soy una obsesiva de la lectura y de los libros, que son mis grandes compañeros en días felices, tristes y en esas noches de insomnio. Hoy muchos de mis estudiantes me recomiendan libros, los cuales leo todos y no saben el gusto que me da poder seguir compartiendo con muchos de ustedes.

Simplemente sin ustedes yo no sería una maestra feliz y dedicada a una de las cosas que más me apasiona en la vida ¡Ser Maestra!, porque no importan las horas de camino a la universidad, las horas de desvelo calificando ensayos, trabajos, esos que me sacan sonrisas. Sin sus risas en el salón de clases, sin sus ideas locas pero atinadas, sin sus emociones, sin sus conversaciones sobre lo que les preocupa, sin esas mesas redondas y sobre todo esos libros compartidos, no sería la maestra que soy hoy. Y eso se los agradezco enormemente, ¡GRACIAS SIEMPRE!. Gracias siempre por exigirme más, por enseñarme más, porque aunque soy la maestra, soy una alumna y siempre una estudiante y los que han estado conmigo saben que me encanta aprender. Aprender de todo y de la vida también.

GRACIAS a todos los que han hecho que mi pasión por enseñar sea una realidad… no los puedo mencionar a todos, pero créanme que están presentes. Lo hago con todo mi amor.

He vivido momentos de mucha felicidad con cada una de las generaciones, cada una ha tenido su magia, su energía, eso que los hace especiales y únicos. Muchas graduaciones compartidas, anécdotas. A muchos de ellos los sigo viendo, desarrollándose en sus trabajos, siendo exitosos y disfrutando de nuevas etapas. Sin duda me provocan una gran emoción, una sonrisa enorme.

Estamos celebrando el día del maestro en una realidad que no nos permite estar en las aulas, y no saben cuánto extraño poder estar presente. Sí, el mundo digital es algo a lo que nos tenemos que adaptar, pero no sé quién fue el loco que pensó que las clases a distancia serían el modelo del futuro. Jamás una clase virtual va a lograr conectarnos con la realidad de las emociones y poder compartir experiencias de la misma forma. Extraño profundamente mi salón de clases, a cada uno de mis alumnos y a mis compañeros maestros.

Después de 5 años dando clases… hoy recibí mi primer reconocimiento de manera oficial, lo cual me llena de alegría y me impulsa a ser mejor, mucho mejor. Por ustedes, por mí y por este país que necesita más personas con capacidad para cuestionar lo que ocurre. Creo que si México elevara el nivel de la educación, crecería el interés por lo que nos ocurre y del por qué nos ocurre, y entonces seríamos otros. Porque el poder del conocimiento es único solo cuando se ve aplicado. De nada te sirve saber si no compartes lo que sabes.

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Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.

Pitágoras