Redescubriendo los 10 km. En Núremberg.

La maravilla de poder mover nuestros cuerpos siempre me ha fascinado. El cuerpo humano es increíble: cómo funciona, lo que hace, cómo nos avisa que necesita más cuidado, cómo nos grita cuando debemos detenernos, cómo se autoprotege. En fin, si tenemos la capacidad de escucharlo, nos dice tantas cosas.

Empecé a correr hace muchos años para liberarme de la tristeza, para poder enfocarme en algo diferente, algo que me inspirara. Han pasado más de 15 años desde entonces, y jamás imaginé que llegaría a correr las distancias que hoy recorro, distancias que para muchos siguen siendo una locura.

Este fin de semana corrí en una ciudad que adoro —Núremberg—, de la que ya les he hablado mucho. Pero esta vez corrí una distancia que hace tiempo no registraba: los 10 km. Cuando comencé, al menos una vez al mes me inscribía en alguna carrera de esa distancia en la CDMX. Con el tiempo, entre el aumento de precios y mis nuevas metas, dejé de correr los 10K y decidí enfocarme en los 21 km, mi distancia favorita, como también ya he contado antes.

Retomar los 10 km esta semana fue un regalo. No saben cuánto los disfruté. Qué gozo sentí al correr “solo” 10 km, que se me hicieron fáciles, que me llenaron a pesar de que la sensación térmica era de 1 grado. Además, estaba motivada porque corrí con Nadine, para quien era su primera carrera.

Y justo eso también quiero destacar: siempre hay alguien que está comenzando, alguien para quien es su primera vez, alguien que está descubriendo el mundo del running. Y eso me parece maravilloso, porque no hay mejor medicina para el cuerpo que moverlo, que hacerlo sentir vivo.

No soy una profesional del running, y estoy lejos de serlo. Pero lo que sí sé es que correr cambió mi vida, y ojalá cambie la de muchos más.

Hoy, que casi todos se enfocan en los tiempos —esa suele ser la primera pregunta—, me encantaría que también se valorara otra: ¿Cómo te sentiste? Porque al final, todos los tiempos son perfectos, ya que implican mover lo más valioso que tenemos: nuestro ser.

Que la vida nos siga encontrando en los kilómetros. 🫶🏽

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