¿Qué le dirías a esa niña o niño que fuiste?
- Mariana E

- 1 may 2020
- 4 Min. de lectura

Ayer, la celebración del día del niño me invitó a la reflexión de lo que significa ser niños y también a pensar ¿qué le hubiera dicho a la niña que fui?, ¿qué iría a pasar en su vida?, y lo que aún no sé que pasará, pero que trabajaré y me dedicaré para que ocurran sus sueños más profundos, más íntimos.
Ser niños es ilusión, es soñar, es divertirse, es jugar, es reírse de uno mismo, es amar, es inocencia, es magia. Observando a los bebés y niños, veo algo en sus rostros que me invita a la ternura, a un momento mágico y a una profunda sabiduría; son seres en total plenitud. Simplemente son, y eso es maravilloso.
Parte de la vida es crecer, madurar y convertirnos en adultos y a todos nos han tocado diferentes rutas de vida, a veces muy lindas, a veces muy difíciles y duras, y cada etapa ha forjado mucho de lo que somos. Sin embargo, siempre he pensado que tu infancia por más linda o difícil que haya sido no necesariamente define quién decides SER. Eso es una decisión únicamente tuya, siempre y a cada instante. Y es posible que me aferre a esta idea porque no tuve todo lo que una niña “soñaría”, empezando porque mis padres no estaban juntos. Y puedo pensar que esto marcó mi vida para bien y también para mal. Sin embargo, crecí en un hogar con mucho amor, rodeada por mi mamá que jugó un papel admirable y con un hermano que, desde muy temprana edad, aprendí que era muy distinto a mí y al mismo tiempo hacía magia en mi vida. Y por supuesto que hoy viendo a la distancia, gran parte de mi madurez a muy temprana edad fue este hecho, el haber sido responsable de muchas cosas desde muy niña y no hace mucho me hicieron cuestionarme esto. Hoy no tengo más que agradecerle a esa niña porque muchas mañanas y días fue sumamente valiente.
Esa niña –Nani, como muchos me conocen– le tocaron instantes realmente interesantes; los llamaré de esa forma, con una mamá sumamente hiperactiva y llena de energía, que el poco tiempo que pasaba con nosotros lo dedicaba al 1000%. Mis recuerdos más memorables con ella son viajando, en teatros, cines, aprendiendo y por supuesto en la naturaleza; cada fin de semana era un destino con mucho color verde y montañas, papalotes y mucha diversión. No recuerdo a mi mamá enfocada en otra cosa esos fines de semana más que en nosotros. Bendito Dios, la tecnología no era lo que es hoy, jejejeje... en ese sentido mi mamá explotaba al máximo el poco tiempo que compartíamos. Mi hermano, en una palabra, futbol y mucha pasión por ese deporte. Y aquella niña iba a atravesar por una infancia con mucho bullying, desde el colegio y hasta algunos miembros de su familia. Hoy, la verdad agradezco que fuera así porque me hicieron más fuerte y supe aprender a verme a mí misma y a valorarme.
¿Qué le hubiera dicho a esa niña? Que el amor más importante que debía sentir siempre, es el amor por ella misma, que la magia y la energía iban a ser sus pilares y sus fortalezas. Que atravesaría por momentos muy difíciles, de mucho dolor, pérdidas muy difíciles y que cada uno de esos momentos los afrontaría con madurez y aceptación. Que iba a soltar muchas lágrimas, no siempre de tristeza, muchas de felicidad. Que habrían muchos sueños cumplidos, como ser maestra, entre otras cosas. Que encontraría personas muy especiales en su vida, angelitos que cuidarían su camino; que por supuesto también tendría amigas, que serían como sus hermanas. Que nunca estaría mal ser ella misma y convertirse todos los días en su mejor versión. Que llegaría un momento en que estaría orgullosa de ella y encontraría la paz en su interior y en su entorno caótico. Que iba a tener mucho miedo por muchos instantes y sin embargo iba a salir adelante también en esos momentos de obscuridad. Que sería una gran lectora, un gran ser humano que también tiene mucho que seguir aprendiendo y mejorando todos los días y a cada instante.
No quiero saber del todo que viene en la vida de esa niña que llevo siempre conmigo y de la cual estoy muy orgullosa. Lo que sí sé es que esa niña está llena de sueños e ilusiones por cumplir, por compartir y por vivir. Me lo enseñó mi mamá y gran parte de mi familia: solo trabajando por lo que queremos es como se logran nuestros más grandes anhelos y sueños. Porque si pasa por tu mente, pasa por tu vida. Y un sueño solo se vuelve realidad cuando te enfocas, te comprometes y pones lo mejor de ti.
Hubo un momento de mi vida, en el que desperté realmente y donde descubrí que había mucha magia y mucha energía también y me encanta poder voltear hoy a ver a esa niña, y decirle ¡vamos muy bien!... el camino ha tenido sus piedras, sus instantes, pero de verdad créeme que cada día lo haces mejor, aunque sea un poquito. Y esa niña sin duda me diría solo reconócelo. Y es verdad, nos hablamos todo el tiempo y es curioso, porque cada vez le hablo mejor a Mariana y a esa niña también.
Espero que hayan pasado un día del niño muy lindo, es decir, un día muy feliz. Sé que muchos de mi familia me leen y les puedo dar las gracias por la tremenda dinámica de ayer, donde todos compartimos esas fotos de niños y tuvimos momentos de mucha risa, otros de ternura y de grandes recuerdos. Los quiero familia Silva, son y han sido el eje indiscutible de esta maravilla que ha sido estar viva. Y espero que llegue Junio, donde parece que el universo conspiró y dijo que la mitad de esta familia naciera en este mes. Esperando el reencuentro con mucho amor y con los brazos abiertos.
Afanosa de la perfección y rebelde de la mediocridad.




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