Nuestro planeta y el Tren Maya (1a entrega).
- Mariana E

- 8 abr 2022
- 3 Min. de lectura

Tienes que hacerte responsable de tus acciones y así es como protegemos a la Tierra.
El día 7 de abril celebramos el Día Mundial de la Salud. Desde hace más de 14 años mi vida profesional ha girado entorno a la salud, primeramente en la industria farmacéutica y en estos últimos siete años en la parte de diagnóstico e imagen a través de la tecnología. Han sido años llenos de aprendizaje constante y sobre todo de entender el impacto que tenemos como industria para el cuidado de la salud.
Este año llamó mi atención cómo la Organización Mundial de la Salud se enfocó en un tema que para nada es menor: nuestro planeta. Todos conocemos y hemos escuchado hablar sobre el cambio climático. Como en todo, hay escépticos que no creen en este tema y mucho menos realizan acciones para que disminuya el calentamiento global. Hoy quien no quiera darse cuenta es porque de verdad quiere permanecer en una burbuja, sin tomar acciones reales sobre su entorno y que lamentablemente afecta a la gran mayoría.
Es posible que el planeta viva estos cambios de manera cíclica, sin embargo, mientras estemos vivos debemos realizar acciones que ayuden a que nuestro impacto sea menor.
Lamentablemente, el caso de México y con el actual gobierno, la realidad refleja que nos estamos alejando de poder colaborar con acciones puntuales para el cuidado del planeta. ¿Un tren maya? ¿Una refinería? ¿En serio?
Esta es la primera entrega de una serie que estaré realizando sobre el Tren Maya, uno de los proyectos emblemáticos del presidente actual, desde un enfoque más neutral, lo cual será todo un reto dentro del proceso ya que tengo una tendencia a marcar lo evidente y lo lógico (o ilógico) en torno a este asunto.
¿Cuál es la base de este proyecto? ¿Qué señala el gobierno a través de los medios oficiales como Fonatur?
(Es importante recordar que por decreto presidencial todos los proyectos considerados insignia dentro de este gobierno no están abiertos al escrutinio público, lo cual hará de está investigación una tarea difícil).
El llamado Tren Maya es un proyecto para mejorar la calidad de vida de las personas, cuidar el ambiente y detonar el desarrollo sustentable. Recorrerá una distancia de 1,500 km aproximadamente y pasará por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Los principales ejes de acuerdo a fuentes del gobierno se basan en aspectos económicos, sociales, ambientales, culturales, proyecto técnico y aliados.
Entre sus objetivos se encuentran:
Restaurar la conectividad biológica de áreas naturales para cuidar a los animales y la vegetación.
Favorecer la conservación de los ecosistemas y los servicios ambientales.
Rehabilitar los ecosistemas degradados, en especial en las Áreas Naturales Protegidas.
Reducir la tala ilegal e implementar acciones que promuevan un uso responsable del suelo.
Fomentar la producción agrícola y ganadera amigable con el ambiente para garantizar un mercado sustentable y sostenible.
Generar una economía basada en el aprovechamiento responsable de recursos naturales.
Impulsar actividades económicas que hagan un uso menos intensivo del suelo y de los recursos naturales.
Todos estos puntos se leen muy bien; ahora lo importante seria entender ¿a qué costo? y ¿con cuáles impactos?. Para ello, también vamos a encontrar esas respuestas de cierta forma.
La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) consiste en un Estudio de Impacto Ambiental, el cual es presentado ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), el cual también se encuentra disponible dentro del sitio*.
Pero, ¿qué dicen otras fuentes? y es que siempre debemos cuestionar lo que nos quieren vender. A través del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, se señala que se deben renovar más de 547 km de vías existentes; falta conseguir el derecho de vía y construir más de mil kilómetros, es decir el 68% del proyecto; en conjunto se habla de 14 mil hectáreas. Y el impacto negativo que por supuesto conlleva: deforestación de 2,500 hectáreas de selvas húmedas y secas, conflictos sociales por tenencias de la tierra (53% del trazo del Tren Maya se encuentra sobre zonas ejidales y es bien sabido lo que hace el gobierno para que esto funcione), presión sobre la zona arqueológica de Calakmul por incremento de visitantes de 40 mil personas (actualmente) a 3 millones (estimado esperado).
Es difícil creer en un gobierno del que su primera obra insignia ha sido un completo fracaso, un AIFA que deja mucho que desear. Con datos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental y a través de cifras y no solo promesas, vemos que existe un impacto ambiental irreparable.
Continuará…




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