Los sueños nos hablan: cómo escuchar a tu inconsciente.
- Mariana E

- 4 oct
- 2 Min. de lectura

Últimamente he soñado mucho, o tal vez he decidido prestar más atención a mis sueños: a quién aparece en ellos, qué emociones despiertan y qué tan reales se sienten.
El poder de los sueños
He leído poco sobre el tema, pero lo que sé es que los sueños son el reflejo del trabajo de nuestro cerebro inconsciente, que sigue procesando experiencias, emociones y pensamientos.
Hace tiempo descubrí algo que me marcó: el último pensamiento antes de dormir influye en cómo despiertas al día siguiente. Desde entonces intento acostarme con una sonrisa o pensando en alguien a quien amo. Esa pequeña acción transforma mis mañanas.
Fascinación por soñar
Para mí, soñar es un privilegio y una de las experiencias más placenteras de la vida. Afortunadamente no he vivido tragedias que se repitan en mis sueños, como ocurre con quienes enfrentan guerras, duelos o miedos profundos. Imagino lo difícil que debe ser procesar esas vivencias cada noche. En mi caso, los sueños me han regalado momentos hermosos: reencontrarme con personas queridas, tomar decisiones importantes o despertar con una sonrisa. A veces incluso me han impulsado a llamar a alguien y hacerme presente en su vida.
Un ejercicio para el cierre del año
Estamos iniciando octubre y pensé que sería un buen momento para cerrar el año con un reto: llevar un diario de sueños durante estas 12 semanas que nos quedan.
En el libro Sin Límites, que recomendé recientemente, Jim Kwik sugiere escribir lo que soñamos nada más despertar. Al principio puede que no recordemos mucho, pero con práctica la memoria onírica mejora. Yo voy a intentarlo, y al final del año compartiré los resultados.
¿Te animas a hacerlo conmigo?
Información complementaria
La ciencia del sueño estudia que pasamos entre el 20% y el 25% de la noche en la fase REM, donde ocurren la mayoría de los sueños.
Llevar un diario de sueños puede mejorar la memoria, aumentar la creatividad y ayudar a procesar emociones.
Muchas culturas han considerado los sueños como mensajes simbólicos o herramientas de autoconocimiento.




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