LAS MUJERES TENEMOS VOZ.
- Mariana E

- 4 mar 2022
- 4 Min. de lectura

"Una no nace mujer, una se hace mujer."
Simone de Beauvoir
Escribir esta entrega particularmente me llena de muchas emociones, algunas gratas otras no tanto. Ser mujer sin duda ha sido un desafío en un mundo de hombres, donde los machismos están a la luz de todos los días. Donde por más difícil que resulte aceptarlo para mi familia, crecí en un ambiente machista aceptado por la sociedad, ya que a la fecha sigo viendo esos comportamientos en varios integrantes de la misma. Ya sea por costumbre, porque desean justificarse en su origen y porque de alguna manera prefieren decir que así son y no están dispuestos a cambiar.
Lo que ocurre en mi familia, es el ejemplo de muchas y la gran mayoría en México e incluso a mayores niveles, el aceptar una realidad donde la mujer es vista de manera inferior en muchos campos, empezando por la sola emisión de su opinión.
En las mesas donde me siento, las mujeres tenemos que seguir ganando un espacio para poder hablar, para poder levantar nuestra voz y expresar nuestra opinión. Seguimos viviendo en un mundo dominado por los hombres y sus decisiones; esto no siempre es malo, sin embargo, no es equitativo y lo que estamos buscando miles y millones de mujeres es que exista equidad, poder llegar a los mismos puestos, ganar el mismo salario y ser reconocidas de igual manera en cualquier ámbito.
Es una batalla que llevamos mucho tiempo peleando, en la que mi generación empieza a ver y sentir un poco de lo que han logrado miles de mujeres, como el derecho al voto, el acceso a la educación, el practicar ciertos deportes de manera profesional, entre otros muchos temas.
Lamentablemente no pasa lo mismo en todos los países y las diferencias a nivel mundial son evidentes. En México seguimos justificando los micromachismos, incluso muchas mujeres sin querer los seguimos fomentando. En otros países, los que conocemos como de primer mundo, este es un tema olvidado, algo por lo cual no tienen que seguir luchando. En algunos de esos países hoy ya existen presidentas, primeras ministros y también hay muchos otros países en los que lamentablemente sucede lo opuesto, las mujeres están más controladas que nunca, no cuentan con acceso a la educación y lo más grave, no deciden lo que ocurre con su cuerpo en ningún aspecto. 5 millones de personas son víctimas de la trata de seres humanos. El 98% de ellas son mujeres y niñas.
En México, la violencia de género es escandalosa: los casos de mujeres asesinadas o violadas, todos los días aumentan y lo peor es que este gobierno prefiere no ver la realidad, prefiere decir que todo está bien, cuando sabemos que no lo está y menos que nunca.
Pero no todo puede ser malo, siempre existe un lado bueno dentro de la historia. El camino que hemos recorrido nos ha llevado a tener posiciones en el ámbito laboral que jamás se habían visto, a subir en la escala profesional de una forma diferente. Hoy vemos a más mujeres trabajando. Pero no es suficiente; de las mujeres que ocupan puestos directivos en México, solo 4% tiene la función de CEO; las mujeres mexicanas representan más de la mitad de la población (52% según Conapo), pero solo ocupan una de cada tres curules en el Congreso de la Unión, la cuarta parte de las cámaras de diputados locales, la quinta parte de los cargos de jueces y magistrados federales y apenas un 7% de las presidencias municipales.
Pero más allá de eso, que es tan solo un aspecto en la vida de miles de mujeres que deciden crecer en la parte profesional, las mujeres debemos ser vistas como seres humanos, capaces de tomar nuestras propias decisiones en libertad, lo que implica reconocer si queremos ser madres o no, si queremos dedicarnos al hogar, si queremos emprender y miles de temas más sin sentir la mirada que juzga en todo el proceso.
Alzar la voz, porque por mucho tiempo no pudimos, y nos llamarán locas, imprudentes, escandalosas; es simplemente que a veces no hemos encontrado otras formas de hacerlo.
Basta a la violencia contra nuestro género en todos sentidos.
Ser feminista no es estar loca y tampoco histérica, ni todos los adjetivos que nos han querido imponer. Ser feminista es luchar por una equidad de género, por tener un mejor mundo para millones de niñas que nacen todos los días, porque tengan acceso a la educación, a una vida digna y justa. En el fondo, alcanzar este balance también implicaría un crecimiento en los mismos hombres, pero es una idea que no todos pueden entender.
Como siempre lo digo, queremos ver un cambio en el mundo, pero a veces necesitamos empezar desde lo más elemental, nuestra casa, haciendo un trabajo de consciencia, preguntando de qué manera, yo como mujer, formo parte de ciertos machismos culturales y/o de qué manera, como hombre, sigo generando estos comportamientos.
Es momento de alzar la voz, pero también de darnos cuenta y reconocer que el trabajo empieza desde nuestra propia casa.
Puedes o no celebrar el 8 de marzo, hoy lo que quiero es reconocer todo lo que hemos logrado, pero también entender todo eso que falta para seguir trabajando.




Comentarios