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La realidad que vivimos es más cruda de lo que queremos advertir.

  • Foto del escritor: Mariana E
    Mariana E
  • 2 jul 2021
  • 3 Min. de lectura

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"Cómo podemos enfrentarnos al crimen organizado. Junto con la corrupción y el narcotráfico, ha construido una fuerza que no es paralela al Estado. Es realmente un Estado dentro de él."


Rigoberta Menchú


México lleva décadas sumergido en la violencia, el tema no es para nada nuevo. Que seamos vinculados con el narco y que varios de los estados de la república sean reconocidos como narco-estados tampoco es algo que nos sorprenda. La narco-cultura se ha vuelto un fenómeno social que muchos de nosotros hemos hecho más grande de manera sorprendente.

¿Cuándo empezó está situación? Algunos escritores mencionan que fue en los cuarenta, sin embargo, en los sesenta es cuando esta situación se vuelve mucho más evidente en algunos estados, como es el caso de Sinaloa.

Existió un incremento y diversificación en la producción de películas, música, series televisivas y documentales relacionados con el consumo y tráfico de drogas, pero también por la difusión que ha tenido el estilo de vida de los narcotraficantes, su lenguaje, excesos, vestuario, accesorios, entre otros aspectos; un ejemplo de ello es la “Chapo-moda” que se produjo con la elevada venta de camisas que viste Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en algunas imágenes y videos publicados.

Dichas series y demás productos son consumidos por millones de jóvenes a lo largo del país, lo cual es lamentable pues en lugar de informar hacen lo opuesto. Las televisoras y casas productoras están haciendo lo suyo, generar dinero, pero a costa de elevar el consumo de este contenido sin realmente informar de las consecuencias tan desastrosas que ha tenido para el país. Efectos en México: una tasa de 28 homicidios por cada 100,000 habitantes, casi 5 veces superior a la tasa mundial de 6 homicidios por cada 100,000 habitantes. Cerca del 80 % de esos homicidios son ejecuciones del narcotráfico.


Lo que está ocurriendo hoy es una consecuencia de años sin una estrategia bien definida contra el narco, y el alto índice de corrupción, la impunidad, las políticas insuficientes y los vacíos del gobierno frente al código de ética de la institución del narcotráfico; el gobierno actual pacta con ellos de manera clara y evidente para ganar elecciones y muchas otras acciones que para la ciudadanía común es difícil dimensionar.

Las noticias en las últimas semanas son terribles y lo peor es que hoy las vemos como solo eso, noticias, ya no nos sorprendemos más. Algunos de los últimos titulares han sido:

  • Dos hombres crucificados en Zacatecas.

  • El abogado de Peña Nieto cobró 46 millones de dólares de empresas usadas por el cártel de Sinaloa.

  • La violencia del narco se desata en Zacatecas y deja 18 muertos en un choque de cárteles.

  • El campo no tiene gobierno en Michoacán: 3,000 productores de aguacate se levantan en armas contra los cárteles.

  • Matanza de civiles al azar: el terror del narco asola Tamaulipas.

La lista es interminable e insisto, ya no nos sorprende, cuando entre estos ataques también han habido muertes de civiles inocentes que simplemente estaban en el lugar y momento incorrectos.

Un gobierno que ha preferido pactar a todas luces con el narco en ciertos territorios en lugar de resolver este problema que lamentablemente ha hundido al país. En la historia reciente, con la pésima estrategia que tuvo el gobierno de Felipe Calderón en el periodo de 2006-2012 que fue un desastre por la cantidad de personas inocentes que murieron y porque simplemente no se logró un cambio real o resultado positivo en temas de seguridad. Varios de los responsables del manejo de la seguridad del país, hoy se encuentran presos o en juicios.


Inquieta e indigna que en muchos territorios de la república miles de niños no puedan vivir de una manera digna, porque el estado simplemente no provee la seguridad necesaria para su desarrollo. Aterra la sola idea de que salir a la calle en ciertos territorios es sinónimo de muerte.

¿Cuándo terminará esto? ¿Cuándo encontraremos un gobierno que realmente lo quiera resolver? ¿Se podrá detener?

Me niego aceptar que México sea visto como un territorio de terror, de drogas, de muerte, de homicidios, sin paz... sin embargo, cuando nos quitamos la venda de los ojos, la realidad es más cruda de lo que nos gustaría.

Nos queda trabajar y seguir construyendo un país en el que sí queremos vivir.

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Sobre mí

 

Soy Mariana, curiosa por naturaleza, apasionada de los libros, los viajes y las preguntas que nos hacen crecer.

Hace 7 años inicié este espacio como un rincón para compartir lecturas, reflexiones y momentos. Hoy lo escribo desde Alemania, pero con la misma energía y amor con el que comenzó en México.

© 2025  |  Mariana Espinosa

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