Hartazgo total, al cierre de las elecciones intermedias.

Mariana E
4 jun 2021
3 Min. de lectura

Para envenenar a una nación, hay que envenenar sus historias.

Ben Okri

A unos días de tener las mayores y más importantes elecciones intermedias de la historia de México, la realidad es que muchos llegamos a este cierre hartos de la falta de congruencia, de la falta de propuestas, del abuso de poder, de las pocas iniciativas y sobre todo preocupados sobre un futuro que no se vislumbra esperanzador.

Hablar de política en este país jamás ha sido sencillo, sin embargo, hoy nos enfrentamos a la incapacidad de escuchar opiniones diferentes; cada voz se aferra a auto-escucharse y no a tener una verdadera conversación. Hoy las personas están polarizadas con base al modelo que defienden. Lamentable situación que no nos ayuda como sociedad y que por ende no contribuye al crecimiento como país.

Lo he mencionado en otras ocasiones, tampoco es bueno –por decir lo menos– que desde sus primeros meses, el presidente se haya dedicado a polarizar a la población entre fifis y chairos, entre los que tienen una licenciatura o posgrado y los que no tienen acceso. El ataque ha sido desde las personas que deberían comportarse como líderes, no como “defensores” de sus propias ideas.

En México hoy habitan tres segmentos de la población bastante claros:

Están los que defienden el modelo de AMLO, ni siquiera de MORENA, porque en realidad el partido no ha logrado colocarse como un partido que funcione sin su figura principal. El voto por MORENA en realidad es un voto a favor de AMLO y la forma en la que se ha comunicado en estos años, le ha funcionado y por supuesto no está dispuesto a cambiarla, al contrario, se aferra con el pasar de los días, un modelo de transformación llamado 4T.

Los que están en contra de AMLO, de sus propuestas y que argumentan que nos llevará a un retraso de 40 años si seguimos y damos pie a sus iniciativas, sin embargo, tampoco encuentran en la oposición argumentos sólidos que les permitan guardar esperanza sobre un México distinto. Y si lo vemos con perspectiva en realidad no existe una oposición real, cuando partidos como el PRI, PAN y PRD se unen simplemente para dar batalla en estas elecciones. Partidos que en su historia han perseguido cosas distintas al ser de centro, derecha e izquierda, así que tampoco hace ningún sentido su unión, es lo opuesto a la congruencia.

El último grupo, todas aquellas personas que el tema les es indiferente. Más que apartidistas, simplemente ya no creen en ningún partido o candidato derivado de los malos resultados que se han tenido durante décadas, entre otras razones.

Ante este escenario la política actual es una vergüenza. En México hay 10 partidos políticos PRI, PAN, PRD, MORENA, VERDE, PT, MOVIMIENTO CIUDADANO, PES, RSP, FUERZA SOCIAL POR MÉXICO y ninguno de ellos ha mostrado una propuesta clara y congruente, lo que deja claro que esto es simplemente una lucha por el poder, por los intereses que hay detrás y poco por querer que este país avance. Lo que se observa es que las dos partes, MORENA y Va por México (PRI,PAN, PRD), han hecho todo lo posible para convertir a estas elecciones en una disputa por la mayoría calificada de la cámara (dos tercios más uno, es decir, 334 de un total de 500 curules).

Y no dejemos de lado que el cierre de campañas representó un 5% mayor en gastos que el proceso electoral de 2015 con 3,3 mil mdp. Me pregunto ¿para qué?, cuando en realidad su mensaje no es claro y sus resultados se alejan de todas esas promesas falsas y sin sentido.

Necesitamos que el país avance para ¡TODOS!, no solo para unos cuantos.

52.4 millones de personas viven en situación de pobreza extrema, de acuerdo a cifras del CONEVAL registradas en 2018, estamos hablando del 41.9% de la población; el porcentaje de población no vulnerable y no pobre es del 21,9%. La brecha sigue siendo grande entre estos dos grupos y no se ha logrado reducir en la última década.

Para las elecciones del próximo domingo 6 de junio hay 94 millones de personas inscritas en la lista nominal y con ello la cifra más grande de casillas a instalarse, lamentablemente solo se tiene un estimado del 55% de votación. En las elecciones intermedias de 1997 se llegó a un casi 56%, que ha representado el mayor porcentaje de la historia.

Ojalá sean unas elecciones históricas en el sentido de mayor votación, pero también de mayor análisis sobre los candidatos, que se convierta en un voto informado en todos sentidos. Salir a votar se convierte en un acto democrático y en está ocasión una obligación para todos.