El presidente y su "honestidad".
- Mariana E

- 4 feb 2022
- 3 Min. de lectura

"La honestidad es un regalo muy caro,
no la esperes de gente barata."
Warren Buffet
Todos nos regimos por una serie de valores morales, los cuales hemos aprendido en casa, en el colegio o en la vida diaria a través de las personas que nos rodean. Uno de los valores que más hace falta a los políticos de este país sin lugar a duda es la honestidad, la cual es fundamental para entablar relaciones basadas en la confianza, la sinceridad y por supuesto el respeto mutuo.
Pero, ¿cómo confiar en alguien que miente a todas luces? ¿cómo confiar en alguien que se ha dedicado a mentirnos desde hace varios años?. Llega un día en que esa confianza simplemente se pierde por completo. Duele, porque al final uno se siente vulnerado en un espacio donde lo que espera es sentir justamente lo opuesto.
Un presidente que desde que inició su gobierno, dijo que inclusive a su propia familia podía llevarla a la cárcel en caso de que estuvieran vinculados a temas de corrupción, lo cual todos dudamos y que hoy sencillamente estamos confirmando que él mismo sigue siendo parte de todo eso que ya no queremos muchos, muchos mexicanos.
Un presidente que se esconde, no en Los Pinos, sino en Palacio Nacional, donde cada mes se erogan seis millones de pesos en nóminas, consumo de energía eléctrica y agua; estamos hablando de casi 147 trabajadores de confianza cuyos salarios suman 5.7 millones de pesos. Las remuneraciones promedio oscilan entre los 60 mil y 155 mil pesos mensuales, siendo el más alto el del Presidente de la República. Me llama la atención que cuando tomó la decisión de vivir en Palacio Nacional, fue con motivo de honrar a Benito Juárez, quien falleció en el recinto.
Después de conocer estas cifras, que incluso en ciertas ocasiones llegan a ser mayores que en el gobierno de Peña Nieto, queda más que claro que para nada es un presidente austero. Es lamentable enterarnos de casos como los de su hermano Pío López Obrador recibiendo una cifra cercana a los dos millones de pesos. Pero esto por supuesto que también tiene un discurso.
Poco se habla de sus hijos y lo que realizan, de hecho, es la primera ocasión que de manera clara dejan ver el lujo con el que vive su hijo mayor, quien le ayudó en la campaña presidencial en el Estado de México y que al momento de que su padre ganara las elecciones, comentó que no se dedicaría a nada vinculado a la política.
Escenario ideal, su hijo José Ramón López Beltrán no se dedica a la política, pero ahora se sabe de dos casas en Estados Unidos, como “La mansión del bienestar”, en Houston específicamente, que curiosamente están a nombre de su esposa Carolyn Adams. Detalles más o menos, esto se parece al gobierno anterior ¿no?, a la famosa Casa Blanca de Angelica Rivera.
Pero como siempre, Andrés Manuel López Obrador quiere contar una historia distinta. Algo mucho más conveniente.
Lo más preocupante es que esto a los mexicanos parece ya no indignarnos, ya lo tomamos incluso como una obviedad, como si nos estuviéramos acostumbrando al abuso que todos pueden hacer sobre este país y sobre millones de mexicanos.
No es posible que sigamos viendo esas noticias, con evidencias tan claras y que a pesar de ello, no seamos capaces de exigir mejores gobiernos, unos que en realidad sí actúen con una calidad moral que represente un crecimiento para este país.
Las cifras, hechos y evidencias existen. Lastimosamente, pareciera que los mexicanos no queremos enfrentarnos a esa realidad y que hemos decidido seguirnos de largo.
Disculpa por ser intelectual,
Sé que preferirías algo agradable, femenino y afectuoso.
Zelda Fitzgerald




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