Un cambio en mi estilo de vida.

Ser responsable también está de moda.

Todo comienza con un poco más de consciencia sobre cómo queremos vivir.

Este es uno de mis objetivos para el 2025… y creo que también para el resto de mi vida.

Quiero compartir contigo que este año me he comprometido, de manera consciente, a reducir mi consumo de ropa, zapatos y todo lo que implique eso que conocemos como “moda”. Lo estoy haciendo, en primer lugar, por una razón financiera, ya que tengo un objetivo muy claro que quiero alcanzar este año. En segundo lugar, al comprometerme con este propósito, me volví mucho más consciente y abierta a recibir información relacionada con el tema.

Debo confesar que me resulta difícil no comprar lo que llamamos “moda rápida”, esa que encontramos en tiendas como Zara o H&M. Como todo cambio es progresivo, no quiero decir que jamás volveré a comprar en estas tiendas, pero sí me esfuerzo por ser mucho más consciente —como diría mi madre— y preguntarme: ¿realmente lo necesito?. No se trata de si "me lo merezco", porque muchas veces usamos esa excusa para justificar compras impulsivas. Aquí la clave está en ser honestas con nosotras mismas: ¿lo necesito de verdad?

Hoy quiero compartir contigo la estrategia que estoy aplicando, la cual también está muy ligada a mi nuevo entorno —un entorno que, en este sentido, me fascina. Me he dado cuenta de lo importante que es rodearse de personas y espacios que te ayuden a construir nuevos hábitos y crecer como persona.

¿Qué estoy haciendo?

1. Aprovechar lo que ya tengo. Me propongo realmente usar lo que hay en mi clóset. Muchas veces vivimos con una sensación de escasez, creyendo que siempre nos falta algo más. Pero si estás leyendo esto, es muy probable que ya tengas más que suficiente para vestirte bien cada día.

2. Reflexionar sobre el impacto ambiental. Al abrirme más a este tema, leí un artículo en el periódico El País que me dejó pensando. Hablaba del destino de la ropa de segunda mano, esa que creemos que llegará a personas de bajos recursos. En muchos casos, eso no sucede. Gran parte termina en playas de África, convertida en residuos que nadie puede usar. Es contaminación, ni más ni menos. El consumo desmedido de moda es un problema global, y todos formamos parte de él.

3. Comprar de segunda mano. Desde que me mudé, descubrí los famosos Flohmarkt (mercados de segunda mano) y ahora soy fanática. Todos los meses voy con una amiga —también amante de la moda— a buscar verdaderas joyas en excelente estado y a precios increíbles.

¿Y si me doy un gusto?

Sé que no puedo ser demasiado dura conmigo misma. Me gusta la moda, y eso no está mal. Por eso hice una lista muy concreta: este año solo compraré un máximo de 10 prendas. Es una meta muy alcanzable y me ayuda a mantener el enfoque.

No necesitas más ropa, necesitas más conciencia.

Te invito a que tú también te vuelvas más consciente de este tema. Hazte estas dos preguntas clave:

1. ¿Realmente lo necesito?

2. ¿Podría usar ese dinero para algo más significativo, como viajar o pagar un curso que me entusiasme?

Cada compra es un voto por el tipo de mundo que quieres.

Iré contándote cómo me va con este proceso. Si tienes sugerencias o recursos que me puedan ayudar, ¡te los agradecería muchísimo! Me encanta nutrir mis objetivos de forma consciente.

Por cierto, si te interesan los documentales sobre este tema, te recomiendo:"Compra ahora: la conspiración consumista".

El estilo verdadero nace cuando entendemos el valor de cada elección.