Polonia 🇵🇱... ¡tienes un cachito de mi corazón!
- Mariana E

- 2 ene 2020
- 6 Min. de lectura

Me gustaría cerrar el año compartiendo uno de los lugares más fascinantes que tuve la oportunidad de disfrutar en 2019. Y es que últimamente me siento tan cerca de este país... tal vez será por los libros que he decidido leer, empezando por el que les compartí hace poco –La ridícula idea de no volver a verte – de Rosa Montero, o será –La bailarina de Auschwitz – de Edith Eger, del cual les compartiré próximamente. O quizá el que me encuentro leyendo ahora, la última entrega de Poniatowska – El amante polaco (Libro I).
Creo que de alguna manera he ido buscando todos estos libros y más a partir de visitar este maravilloso país, que me dejó impresionada desde sus cielos espectaculares, pasando por su comida, la historia que guarda en cada una de sus calles, sus hermosos castillos y por supuesto su clima de locura (el causante de una gripa infernal en mi viaje jajajaja... imagínenme comprando medicina en polaco). ¡Nunca había sentido tanto aire en toda mi vida!.
Les comparto un poco de lo que pueden encontrar en Polonia (Varsovia y Cracovia), y si aún están dudando de cuál es su próximo destino, este país vale toda la pena.
Varsovia
Mi hotel, justo en el centro de Varsovia, Dom Literatury Pokoje Goscinee, se los recomiendo por dos razones, la atención fue súper linda y la otra y más importante, tiene una vista espectacular al castillo dos veces reconstruido. Además de encontrarse muy cerca de Old Town Place. Varsovia se encuentra llena de iglesias, y algo que me dejó impresionada es la cantidad de jóvenes que van a misa, no gente adulta o niños… jóvenes.
Por dónde empezar, si todas las calles son de película, de cuento… las primeras impresiones en Plaza del Mercado del Casco Viejo. (Divino es poco).

Puedes recorrer esta parte de Varsovia caminando. Además de que a mí me fascina hacerlo, pienso que así conoces más y vas descubriendo poco a poco la magia tanto de sus calles como de la gente. Caminando de la Plaza del Mercado, puedes llegar al Palacio Real de Varsovia en unos 10 minutos a lo mucho y puedes detenerte en sus tiendas o en alguna iglesia.


Les comenté al inició que la comida es espectacular y los postres una delicia al paladar, y algo que no se pueden perder es el famoso vino caliente. La ciudad está llena de lugares para leer, disfrutar de un buen café y de una buena plática. Por la noche es muy común encontrar lugares que ofrecen conciertos de piano. No saben cuánto se me antojaba quedarme a vivir en Varsovia.

Vamos por el 2do día en Varsovia… renovando energía, y ya más recuperada de todos los dolores que tenía post-maratón, jejejeje.

Entremos al Palacio Real de Varsovia… no imaginan lo lindo que es. Les comparto algunas fotografías y bueno, la historia que guarda es impresionante, pues es la segunda vez que lo reconstruyen después de las guerras que sufrieron. Esta parte de la historia de Polonia me dejó sin palabras y me hizo reflexionar de la calidad de sus habitantes.



Algunos de los souvenirs muy necesarios que también pueden encontrar en mercaditos, son las calcetas de alpaka. No duden en comprarlas pues las van a necesitar si van a partir de septiembre; el frío y sobretodo el aire son mortales para los que vivimos en zonas más cálidas.
Siguiente parada: el Museo de Chopin, algo que me dejó impactada es que al llegar a este lugar había una fila como de 50 personas comprando boletos para la temporada 2020 que inicia en septiembre, ¡imagen eso!… su amor por la música y el arte es algo que los caracteriza, son muchos los jóvenes que vi tanto en Varsovia como en Cracovia con sus instrumentos musicales, que simplemente me hicieron amar cada vez más a este país. El museo vale toda la pena, no solo te cuenta la historia, también es una experiencia.

Siguiente parada… ¿dónde?
Cracovia
Mi recomendación de Hotel – Hotel 32 Kraków Old Town, súper bien ubicado.
De esta ciudad me enamoré de todo, empezando por sus cielos…
> Día 1
Caminemos hacia Main Square, donde se encuentran varios sitios de interés, entre ellos La lonja de Paños o Sukiennice, edificio renacentista y uno de los más emblemáticos de la ciudad. Enfrente de este lugar, puedes ir a la Basílica de Santa María, destacada iglesia de estilo gótico. En su interior puedes ver una placa conmemorativa a Juan Pablo II, que fue arzobispo de la ciudad antes de ser Papa.


> Día 2
Castillo Wawel, el lugar histórico y cultural más importante de Polonia. Durante siglos fue residencia de los reyes y símbolo del estado. Puedes entrar a varias estructuras que se encuentran situadas alrededor del patio central, ya que hoy es un museo. Entré a cuatro de ellas; lamentablemente en una de las más importantes, la explicación por parte del guía no fue muy buena. Pero sin duda vale la pena para ver y disfrutar –con tiempo– de este lindo lugar. Además, me quedaba a 5 minutos del hotel, por lo que su ubicación fue ideal para mí.

Sigamos hablando de comida… y es que después de estar en el castillo casi toda la mañana, necesitaba descansar un poco y tomar algo calientito y seguir leyendo un poco acerca de la ciudad. Se me ocurrió pedir un chocolate caliente, no se imaginan la bomba de azúcar que esto fue para mí. Con decirles que no pude terminarlo. Les comparto una foto para los que les gustan las cosas muy dulces.

Por supuesto que también estuve en la zona de estudiantes y recorrí algunas de las facultades, imaginen la energía y lo bonitas que son sus calles.


Vamos caminando y descubriendo calles, cielos y dragones. Y con esto la famosa leyenda del Dragón de Wawel, un monstruo que aterrorizaba a los habitantes y al que tenían que hacerle ofrendas de ganado.


> Día 3
Mina de Sal en Wieliczka. Puedes encontrar un sinfín de videos de este lugar, pero te recomendaría que no los veas y más bien te dejes impresionar en vivo por la belleza de este sitio. Vale toda la pena y eso sí, considera que es dedicarle por lo menos medio día o media tarde. Es una de las minas de sal más antiguas de todo el mundo. El recorrido turístico es de casi 4 km y vas a encontrar estatuas de personajes míticos e históricos, esculpidas en rocas de sal por los mineros. Este lugar sin duda es un imperdible.
Y como quedaba la tarde por delante, decidí visitar el Barrio Judío o Kazimierz. Entré a dos sinagogas y a un museo que están en el mismo barrio y también al cementerio; aquí aprendí muchas de sus tradiciones, por ejemplo el tema de las piedras.
Poner una piedra en una tumba contribuía simbólicamente a la tumba. Para algunas personas, poner una piedra sobre una tumba es igual al gesto de llevar flores. Poner una piedra es un tributo al muerto y deja la marca de la visita de alguien. Además la piedra tiene la particularidad de ser una creación muy antigua y de vida muy larga, podríamos llegar a decir que la piedra es “eterna” en cierto modo, esto refleja un poco la visión del judaísmo frente a la muerte, cuando nosotros nos enfrentamos a la muerte sabemos que el alma sigue existiendo y lo único que se fue es el cuerpo, el alma es eterna, la flor tiene corta vida y rápidamente se marchita demostrando justamente lo contrario la fragilidad del cuerpo.*
Caminar por esta parte de la ciudad es un tanto complicado por los sentimientos que puede provocar. Es una zona que, por supuesto, fue ocupada por los nazis, la dura historia ya la conocemos. Y también hoy en día está llena de librerías, mercaditos y comida muy rica, en un esfuerzo de imprimir otra energía. En este barrio de la ciudad se grabaron escenas de la película La lista de Schindler, como la de las famosas escaleras. Otro de los lugares por los que puedes caminar es la Plaza Bohaterów, donde los nazis seleccionaban a los prisioneros que irían al campo de concentración.

Les comenté en un inicio de Cracovia y sus cielos… esta vista estará por siempre en mi memoria.


Vamos por el último día en Cracovia, entre que no me quería ir y también al mismo tiempo sí, porque mi siguiente destino me inspiraba muchísimo (Praga). Ir a este lugar es un “MUST” y debes de hacer una parada obligada: Collegium Maius, el más antiguo de la Universidad de la ciudad, donde estudió el astrónomo más famoso de la historia, Nicolás Copérnico. Ahí podrás encontrar instrumentos antiguos para la astronomía y otras ciencias.
Otra parada que hice ese mismo día fue en la Fábrica de Oskar Schindler, actualmente museo del Holocausto. Me parece que este lugar es imperdible. Toma tres horas recorrerlo y seguir conociendo parte de la historia, cuando Polonia fue ocupada por los nazis.
Recomendación: compra los tickets con anticipación, ya que se agotan las entradas y es muy probable que tengas que regresar en otro día. En caso de que tengas suerte para poder entrar y solo te toque esperar un par de horas, te recomiendo un restaurante que está justo enfrente del Museo, que se llama Paleo. Te sirven entre otras cosas una crema de Zanahoria deliciosa.
Para despedirme de esta hermosa ciudad, no podía dejar de tomarme una copa de vino; muy cerca de la Lonja de Baños hay muchos lugares donde te puedes sentar y disfrutar de esta bebida tradicional.

¡¡¡¡¡Salud!!!!
Y gracias Polonia… amé cada uno de mis días en este increíble país, lleno de cultura e historia.
*Fuente: www.rememori.com
































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