¡Madrid!, España
- Mariana E

- 25 oct 2019
- 3 Min. de lectura
Me emociona muchísimo volver a recordar mis días en Madrid, una ciudad a la que regresaría siempre. Buscaría cualquier pretexto para poder realizar una escala ahí y después continuar otro viaje.
Las primeras sensaciones fueron una cosa muy extraña, entre emoción, no saber lo que estaba pasando y al mismo tiempo maravillarme a cada instante.
Mi primera recomendación en cuanto a hospedaje, si tu presupuesto es corto, THC Latina Hostel, que en realidad jamás lo sentí como un hostal. La amabilidad de Carmen y la cercanía con tantos lugares, vale toda la pena. Y digo cercanía, porque me encanta caminar y está ubicado en un punto que te permite hacerlo.

La primera parada fue dirigirme hacia la Plaza Mayor; ¡qué lindo lugar!... rodeado de restaurantes, donde puedes comer delicioso y tomar un tinto de verano y por supuesto ahí empezó una de mis frases más usadas durante el viaje: "¿Me tomas una foto?."

La gente disfruta del sol en la plaza de forma muy casual. ¡Amé!
Segunda parada, camino al Palacio Real, el Real Monasterio de la Encarnación y la Catedral de Santa María la Real de la Almudena o Catedral de la Almudena -–como se le conoce comúnmente–. No soy muy afecta a las iglesias, sin embargo me encanta observar y apreciar todo lo lindo que tiene cada una. El techo de la catedral me fascinó, se los comparto.



Y bueno, una parada siempre necesaria, además de que me urgía después de muchas horas de vuelo: una deliciosa paella. La verdad es que para mí no fue la mejor. El punto es que se me quitó el antojo.
Mi primer día estuvo lleno de librerías, será que yo las llamo y diosito me las pone en el camino, porque me topé con algunas que me fascinaron… les dejo unas fotos. Es en la calle de Embajadores.

Vamos por el segundo día, después de un delicioso pan y un capuchino, y más flores en el camino. Este es el día de los museos y los jardines, a los que dediqué todo el día.

Museo del Prado, Real Jardín Botánico, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Mucho qué ver, qué aprender y apreciar… una verdadera delicia. Por la tarde, caminar y literal perderme y perderme para encontrarme en una librería de escritoras… sí, sólo mujeres. Tanta emoción me llevó a mi primera compra. Virginia Woolf –la escritora que abrió las puertas de la literatura moderna– y claro, en el mismo sitio me encontré con fotos y libros de mi adorada Frida Kahlo.




¡Tercer día! Siiiiiiiiii, aquí vamos… ¿a dónde? ¡¡a Toledo!! Ya que era una experta en el metro de Madrid, el cual es cero complicado, tomé camino y justo subiendo y armando la logística, según yo bajándome en Atocha llegaría y bla bla…. bueno, en ese momento que estás planeando, ¡pum!, te encuentras con alguien que tiene una mejor logística que tú y emprendes el camino.
Toledo, divino y lleno de aprendizaje que no para entre sinagogas, la Catedral Primada, mezquitas y calles medievales. Sólo te queda perderte y descubrir. Eso sí, ir súper preparado para subidas y bajadas ¡qué cosa!.
Podemos terminar el día comiendo delicioso y refrescándonos. Les comparto un par de fotos.
¡Amo sin control el pulpo y más las patatas bravas!

No me podía ir de Madrid sin correr y sin conocer un par de lugares más, además de pasar por la muy famosa Puerta de Alcalá, Ya sea que te guste correr, caminar o leer, ir al Parque del Retiro es una gran opción y un imperdible.
Los que me conocen saben que amo el fútbol, que me encantan los días de mundial y que mi equipo sin duda es el Real Madrid. Así que había que visitar el Estadio Santiago Bernabéu. Por las fechas no pude coincidir con un partido, pero el tour sí lo hice y completito. Estuvo bien, aunque no recomiendo que compren el tour dirigido, no vale la pena.
Ya, ya casi me voy jajajaja… sólo un museo más y listo: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. La verdad, por mucho el que más disfruté, simplemente porque están algunos de mis pintores favoritos. Y también por nuevos descubrimientos para mí, como Max Ernst, o ver nuevamente un Pollock que amo muchísimo; a Monet, que sin duda siempre me recordará a mamá, pues es su pintor favorito. Kandinsky y su magia con los colores. Y de Vincent van Gogh por supuesto, también podrás encontrar algunos cuadros.








































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