Premio Nobel de Literatura 2020
- Mariana E

- 14 oct 2020
- 6 Min. de lectura
“Por su inconfundible voz poética, que, con una belleza austera, convierte en universal la existencia individual”.

"We look at the world once, in childhood. The rest is memory." Louise Glück
Cada año uno de los meses que más espero es octubre, la verdad le tengo un cariño particular a este mes y época del año; podría sonar a locura, pero este mes tiene días muy especiales para mí que ya les iré platicando en cada entrega. Y una de las razones por las cuales también siempre espero que llegue octubre es la publicación y revelación del nuevo o nueva ganadora del premio Nobel de literatura.
Llevo varios años siguiendo este reconocimiento esperando que uno de mis escritores favoritos lo gane, y aunque no ha ocurrido, no pierdo la esperanza y cuando ese momento llegue les diré a quién me refería.
No les voy a negar que he sentido coraje en años anteriores por algunos ganadores y he entrado en debate y discusión si lo debían ganar o no. No les quiero decir tampoco a quién específicamente me refiero, pero sí les quiero compartir un listado de los últimos cinco que han conseguido tan codiciado premio. Espero que con esto sepan a quién me refiero.
2019 – Peter Handke – Griffen, Austria.
Desgracia Impeorable es una de sus obras más destacadas.
2018 – Olga Tokarczuk – Sulechów, Polonia.
Para conocerla una buena recomendación es Flights.
2017 – Kazuo Ishiguru – Británico de origen japonés.
La obra que conozco de este autor que fue llevada al cine y que les recomiendo es Los restos del día.
2016 – Bob Dylan – Estadounidense.
2015 – Svetlana Aleksiévich - Ivano-Frankivsk, Ucrania.
De los 5 enlistados es la que más he leído. Sus libros son sumamente tristes, porque son historias reales basadas en hechos que han marcado a la humanidad.
El que me dejó una lección profunda del papel de la mujer en la guerra es La guerra no tiene rostro de mujer. También pueden encontrar Los muchachos de Zinc, últimos testigos y voces de Chernóbil, este último es uno de los libros que tengo como lecturas pendientes para el mes de noviembre 2020.
Ahora sí, después de este preámbulo y con el contexto sobre el tema, hablemos de la ganadora del premio Nobel de Literatura 2020. Primero confesar que no la ubicaba y por lo mismo jamás he leído nada de ella, lo cual me emociona por varias razones. La primera es porque en esta ocasión fue una mujer la que ganó este premio; esto es importante pues es sabido que anteriormente las mujeres tenían que publicar sus obras con nombres de hombres para que estos vieran la luz en las librerías y también he estado leyendo que las mujeres escritoras tienen una magia distinta al contar, narrar historias. La verdad es que pocas veces me he puesto de manera consciente a pensarlo o sentirlo. Insisto, me encanta que la ganadora de este año haya sido una mujer, de hecho la cuarta mujer en una década en llevarse este reconocimiento y la decimosexta en la historia. La segunda razón y me parece la más importante, es el género literario donde se concentra la mayor parte de su obra, que es la poesía. Le tengo un gran gusto a la poesía y seguir conociendo mas escritores inmersos en este genero me llena de emoción.
Conozcamos un poco de Louise Glück.

Glück es profesora de inglés en la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut. Debutó en 1968 con Firstborn y ganó el Premio Pulitzer en 1993 y el Premio Nacional del Libro en 2014.
Ha publicado 12 colecciones de poesía y varios volúmenes de ensayos sobre este género. Su escritura se caracteriza por un esfuerzo por la claridad y se centra en temas de la infancia y las relaciones familiares, según las notas de Anders Olsson, presidente del Comité del Nobel.
Snowdrops, de su colección ganadora del Pulitzer de 1992 The Wild Iris, describe el milagroso regreso de la vida después del invierno. Averno (2006) es una interpretación del mito del descenso de Perséfone al infierno en el cautiverio de Hades, el dios de la muerte. Su última colección es Faithful and Virtuous Night en 2014.
En recientes declaraciones, la escritora recordaba su impresión al recibir la noticia: “Lo primero que pensé fue: "Me voy a quedar sin amigos, porque muchos son escritores”, bromeó. Luego añadió que era un gran honor, aunque hay otros premiados a los que no admira. Más tarde pensó en los que sí y, finalmente, concluyó que podrá pagar la casa que quiere comprarse en Vermont. Pero, sobre todo, dijo, le preocupa preservar su vida y su rutina con la gente a la que quiere. Cuando el entrevistador le ha pedido que comente la relación en su obra entre experiencia vital y escritura, la autora se ha excusado con un “ese un tema demasiado grande y aquí es muy temprano por la mañana, apenas son las siete”.
“Me he convertido en una anciana. / He acogido con agrado la oscuridad / que tanto temía”, dicen unos versos de Vita Nova (1999). La vejez está siendo benévola con Glück, algo que no puede decirse de su juventud, marcada por el enfrentamiento con su madre, desgarro que dio lugar a algunos de sus poemas más emocionantes y lúcidos. Nieta de judíos húngaros emigrados a Estados Unidos, la nueva Nobel se crió en una casa de Long Island en la que aprendía mitología griega y leía episodios de la Biblia (su hijo se llama Noé) mientras fabricaba a mano los libros que ella misma escribía e ilustraba. “Siempre supe que quería escribir”, declaró en una entrevista en 2012, el año en que se publicó su poesía reunida. “Hubo un momento en que quise ser actriz. Luego me di cuenta de que, en el fondo, lo que quería es que me aplaudieran. Tenía buena memoria, pero carecía del don de actuar. Era una actriz de madera”.
Para Glück la escritura es una “venganza contra las circunstancias”. En sus primeros años, concretamente contra el acoso escolar y el asfixiante dominio materno. Sin embargo, antes que la escritura, su venganza tuvo una forma menos amable: la anorexia. “Necesitaba quitarme a mi madre de encima”, afirmaba en la misma entrevista. “También sentir que mi cuerpo era distinto al de los demás. Durante un tiempo me pareció una estrategia maravillosa: me convertiría en un alma pura, liberada de las limitaciones de la carne. El problema es que te mueres, y yo no tenía impulsos autodestructivos. Estaba intentando crear mi propio yo”.
Si el mundo grecolatino la ayudó a encontrar imágenes universales para sus sentimientos, el psicoanálisis le enseñó a pensar y a encontrar el yo que tanto necesitaba. El trauma, el desencanto, el desamor y la desilusión son los grandes motores de una obra sencilla y clara que no prescinde del sentido del humor. “Me convertí en una criminal al enamorarme. / Antes de eso era camarera”, escribe en Sirena. “No quería irme a Chicago contigo. / Quería casarme contigo, quería / que tu mujer sufriera. / Quería que su vida fuera como una obra de teatro / en la que todas las escenas son tristes. / ¿Piensa así / una buena persona?”.
A pesar de que sus versos tienen en muchas ocasiones un hilo narrativo, Louise Glück, que también ha cultivado el ensayo, nunca ha querido escribir ficción. “Cuando quiero ser feliz leo una novela”, suele decir consciente del fondo oscuro que atribuye, por luminosa que resulte, a la poesía.
“Leer ficción es como cocinar: lo hago por placer”
Investigando y leyendo más sobre ella, les puedo recomendar un artículo que me pareció sumamente conmovedor e interesante sobre Louise Glück. Les comparto el link: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/literatura/louise-gluck-la-poesia-como-obsesion
Con todo lo anterior, por supuesto que me haré un espacio este año para leerla, aunque al parecer es difícil encontrar sus libros; ya les platicaré si tengo suerte en este sentido a través de mis redes sociales.
Les comparto un par de poemas de Louise Glück.
Snowdrops
Do you know what I was, how I lived?
You know what despair is:
then winter should have meaning for you.
I did not expect to survive,
earth suppressing me.
I didn't expect to waken again,
to feel in damp earth my body
able to respond again, remembering
after so long how to open again
in the cold light of earliest spring.
Afraid, yes, but among you again
crying yes risk joy
In the raw wind of the new world.
El deseo
¿Te acuerdas de cuando pediste un deseo?
Yo pido muchos deseos.
Cuando te mentí sobre lo de la mariposa.
Siempre me pregunté qué pediste.
¿Qué crees que pedí yo?
No sé. Que volviera,
que al final de alguna manera
estaríamos juntos.
Pedí lo que siempre pido.
Pedí otro poema.
Información tomada de los siguientes sitios:




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