Nadie nos vio partir / Tamara Trottner

“Porque cincuenta años son demasiados para recordar la realidad, y excesivos para cargar un rencor.”

Estoy muy emocionada de poder contarles sobre este libro. No quiero decir que llevaba todo el año sin leer algo que me emocionara, pero sí debo confesar que pocos, en lo que va del año, me han mantenido con esa sensación de querer saber qué pasa o qué continúa, al grado de no querer soltarlo.

Desde el inicio, la forma en que comienza a contarse la historia me atrapó: la migración de Rusia hacia México, específicamente al puerto de Veracruz. Hoy más que nunca me llama la atención lo diferente que podemos ver el mundo; cómo algunos perciben a México como un destino interesante y distinto, mientras que otros no tanto. Creo que lo mismo ocurre con muchos países. Por otro lado, la narración de esta historia y la manera en que se entrelazan los tiempos me parecieron fascinantes.

Aunque para mí el libro se acerca más a una autobiografía, la autora lo clasifica como autoficción, ya que mezcla hechos reales con elementos novelescos.

Temática: La vulnerabilidad humana, la memoria, los conflictos familiares, el viaje —no solo geográfico sino emocional—, las tensiones entre verdad y mentira, culpa y perdón.

“Reconstruimos en nuestras memorias tan sólo aquello que nos

cabe en las entrañas sin que nos rasgue la culpa”.

La historia está basada en la vida de la autora, cuando a los cinco años fue secuestrada junto con su hermano por su padre, en un acto de venganza contra su madre. Ambos fueron llevados a distintos países para alejarlos de ella. Sin embargo, eventualmente se reencontraron y la madre obtuvo la custodia de los niños.

Queda claro que, una vez que vivió con su madre, se produjo un distanciamiento total con el padre, hasta que, décadas después, un evento familiar la llevó a hablar nuevamente con él. Lo hizo por conciencia y, también, para no repetir la misma historia.

Siempre he creído que tener hijos no es para cualquiera. Lamentablemente, muchos no son conscientes de lo que implica traerlos al mundo, y aun así lo hacen. No juzgo, pero me parece una realidad palpable en todas las sociedades. Por caprichos, inmadurez o decisiones egoístas de los padres, quienes resultan heridos con más frecuencia son los hijos. Eso es profundamente triste, porque se generan demonios, fantasmas y heridas que, con el tiempo, deben sanar.

Es comprensible que los matrimonios terminen, que el amor se acabe, pero si en algún momento existió amor y además hubo hijos, ¿qué ocurre para que no se les ponga en primer lugar, antes que los intereses personales? En este caso, ambas familias tenían los recursos para pelear por la custodia y llevar a los niños a viajar por el mundo. No quiero hacer un spoiler de la historia porque vale mucho la pena descubrirla, pero sí quiero recomendarla, ya que me dejó la enseñanza de mirar siempre las dos caras de la moneda: cómo los hijos son quienes más sufren, independientemente de las decisiones de los padres, ya sean para bien o para mal. Al final, queda en cada uno decidir si otorga, o no, el perdón a sus padres. Ese es un trabajo profundo de consciencia. Y una historia de amor muy particular encontrarás también a través de estas páginas. Literal te queda esa pregunta. ¿Qué estás dispuesto hacer por amor?

“Las cosas casi nunca son blanco y negro y en las tonalidades de

 gris caben todas las explicaciones”

Acerca de Tamara Trottner: Formación académica: Licenciatura en Ciencias de la Comunicación; maestría en Apreciación y Creación Literarias; doctorado en Investigación y Creación Literarias, con especialidad en novela, ambos grados obtenidos en Casa Lamm.

Motivaciones y proceso creativo: empezó a escribir esta historia cuando era joven (16 años), luego la dejó, y finalmente la retomó muchos años después, tras enfrentar silencios, heridas, y después de dialogar con su padre.

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