Los sueños de LA NIÑA de LA MONTAÑA | Eufrosina Cruz

La educación es la única posibilidad de transformar mentes, realidades y vidas.

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La historia de la indígena zapoteca que transformó México.

Aprender de mi país siempre me resulta fascinante y lo disfruto muchísimo: el amor por México, pero sobre todo por las personas que lo conformamos, y de las que muchas de ellas tienen mi completa admiración y sobre todo, en muchas de esas personas encuentro esa inspiración, el sentido de lucha y de entrega.

Un género literario que particularmente disfruto mucho por varias razones son las biografías. Creo que jamás será fácil contar tu historia y abrir un espacio de tu vida o toda ella a los demás y personalmente como lectora, conocer la vida de personas que me parecen interesantes y admirables, siempre me ha dejado una sensación sumamente gratificante. En su momento, el libro de Michelle Obama Becoming fue un encuentro increíble; con el de Yusra Mardini, nadadora y refugiada, aprendí mucho de su cultura, de sus ganas. En esta ocasión es a través de la vida de una mexicana que logró cambiar su entorno y la vida de mi país, EUFROSINA CRUZ.

Atreverte a hacer lo que creer que no puedes hacer.

La vida jamás resulta sencilla para nadie, sin embargo, en mi país, en el México que amo y que me llena de alegría cuando puedo viajar y seguirlo conociendo y redescubriendo, lo hago desde una posición acomodada hasta cierto punto, una posición que me permite gozar de su naturaleza, de su deliciosa gastronomía y por supuesto de su gente. Pero mi realidad tristemente es muy diferente a la de miles de mexicanos que no pueden viajar, descubrir, saborear y luchar por sus sueños debido a las circunstancias en las que han nacido.

Descubrir la historia de Eufrosina es darnos cuenta de que los seres humanos estamos hechos de hambre de ganas de salir adelante, de hacer las cosas mejor, por nosotros mismos y en muchas ocasiones por nuestro entorno. Y como ella bien lo dice, en su caso de rebeldía en contra de las reglas que su familia buscaba imponerle, producto de las tradiciones y costumbres. Sin embargo, no todos tienen ese espíritu de lucha, de entrega y de compromiso. En ocasiones se empieza con toda la pasión y todas las fuerzas, pero muchas veces esta se ve apagada por el ambiente… una gran lección del libro es que por más difícil que luzca la adversidad uno debe tener la convicción y las fuerzas para romper con sus propios paradigmas e ideas y lograr sus más grandes sueños. También de miedos y de soledad; particularmente estos dos elementos que son contados por ella, me parece que lo hace de una manera genuina y honesta… desde descubrirse en un mundo que no reconocía, a entenderse y buscar sus propios momentos de soledad.

A veces el camino estará lleno de piedras y en algunas ocasiones resultará difícil sortear cada una de ellas, más cuando se trata de tu propia seguridad, de poner en riesgo a tu familia… pero la lucha debe hacerse, por uno, por las personas que no tienen posibilidades y por contribuir a dejar un poco mejor el espacio que nos rodea.

En esta entrega no quiero contar la historia de EUFROSINA, ya que ella es la voz perfecta para hacerlo y a través de 246 páginas, ustedes encontrarán una historia de lucha, de pasión, de rebeldía, de libertad, de entrega, de tristeza, de incertidumbre, de grandes momentos, de sueños logrados, de metas por cumplir.

La lucha exige continuidad.

Pero a manera de reflexión, dejemos de colocar a las comunidades indígenas como los que necesitan ayuda, despensas, apoyos etc., no seamos producto de lo que los gobiernos han hecho a lo largo de la historia y que hoy más que nunca vemos como instrumento del populismo. No son población vulnerable, “los jodidos”, que se detenga como objeto de estudio, de investigación y de estadísticas, ese que no nos está llevando a nada y que estamos perdiendo tiempo muy valioso.

Los indígenas no son un asunto, no son un expediente. Son PERSONAS. Son COMUNIDADES. Son ROSTROS y SON PENSAMIENTOS.

No son víctimas, SON POSIBILIDAD.

No hay nada mejor que poder brindar herramientas para que todos los mexicanos encuentren mejores condiciones de vida, empezando por la educación, como la herramienta tan necesaria que siempre abrirá puertas, no solo para soñar, sino también para entender que hay un mundo mejor y que es necesario luchar para poder alcanzarlo. A pesar de considerar la base de que todas las comunidades tienen sus tradiciones y costumbres y deben ser respetadas –y por qué no decirlo, cuestionadas– así como el papel de la mujer dentro de ellas, Eufrosina logró el voto para muchas mujeres, pero las costumbres son tan arraigadas que hoy sigue siendo "bien visto" que muchas niñas se casen a los 12 años, sin que ellas puedan ser libres para tomar su propia decisión.

…el poder de la educación, nadie te arrebata los conocimientos.

Las cosas tendrían que cambiar… pero todo cambio verdadero lleva tiempo, esfuerzo y lucha. Y también implica que cambiemos como mexicanos. Hay mucho de lo cual me siento orgullosa, pero la discriminación que se vive en nuestro país debe parar.

Debemos SUPERAR PARADIGMAS CULTURALES.

Después de leer esta historia, me dio gusto saber que una mujer así se encuentre trabajando en la política de este país, esa que tanto cuestiono y que a veces me hace rabiar de coraje y desesperación. Mujeres como Eufrosina, con ese sentido de lucha y entrega es lo que necesita el país en todas las instituciones, ya sea en el sector estatal o privado.

ORIGEN NO ES DESTINO