LOS MITOS QUE NOS DIERON TRAUMAS | Juan Miguel Zunzunegui
- Mariana E

- 31 ene 2020
- 5 Min. de lectura

Y una vez más, empezando el año leyendo historia de México. Podría decir que me apasiona, que me encanta y que descubro cuánto amo a mi país. Sin embargo mentiría... la realidad es muy distinta; cada vez descubro más cosas que me hacen seguir enfrentando una realidad que no me gusta y que hasta cierto punto me duele, que me hace cuestionarme sobre muchos temas.
El libro que decidí leer, nuevamente fue un regalo de una ex-alumna que observó en mis clases la pasión con la que hablo de México y de los terribles acontecimientos que sabemos ocurren todos los días. Podría hablar de lo “bonito”, sin duda, pero me parece que vale mucho más la pena cuestionarnos sobre todo eso “malo” que ocurre.
Porque leo de México, porque me interesa la historia de mi país, conocer diferentes posturas, entender mi origen y la verdad, no seguir repitiendo la historia. Y precisamente leyendo, me he dado cuenta de que la historia de mi país no me gusta; siempre hemos actuado igual y el presidente que tenemos el día de hoy sigue siendo más de lo mismo y lo peor es que no necesitamos eso. Hoy que las cosas pudieran ser diferentes, no puedo entender y no me cabe en la cabeza la idea de que países como China o la India estén mejor que nosotros en muchos aspectos y con una población mucho mayor que la nuestra –y la problemática que esto conlleva–. Y bueno, vamos a compararnos con otro país: Singapur. Sí, son menos habitantes pero lo han hecho fantástico. Sé que las comparaciones no siempre son buenas, sin embargo son un gran punto de partida para poner en perspectiva la realidad en la que vivimos.
Mirar al pasado ayuda a comprender la vida, pero sólo voltear al futuro ayuda a vivirla. E insisto, este gobierno lo que menos ve es al #futuro, y ahora parece que este ser (López Obrador) planea extender sus conferencias matutinas a los fines de semana, y se empeña en hablar sobre el pasado, carajo... y el #futuro, ¿cuándo?. Nuestros gobernantes han sido corruptos y eso no es de hace dos o tres sexenios, tristemente es la gran parte de nuestra historia. Todo teníamos esperanza con el cambio de régimen, con Fox, tras una exitosa campaña de mercadotecnia pero esto no funcionó, simplemente y en gran medida porque nosotros seguimos actuando igual. Sí, somos parte de un sistema, pero ser parte del sistema también nos debería llevar a involucrarnos más, a cuestionar más, a comprometernos más. Qué maravilla que pueda escribir estas líneas, pero la realidad de mi país es muy diferente, muchos mexicanos siguen sin tener acceso a la educación –y ya no digamos a una computadora– y no me puedo quedar callada ante una realidad que me golpea los sentidos todos los días.
La historia está llena de mitos y sucesos falsos, sin embargo, para que esto no determine nuestro futuro como individuos y como país, debemos informarnos más y mejor, siempre. La ignorancia de un pueblo es el mejor aliado de los tiranos, de los que manipulan a las masas. El conocimiento y la verdad, es lo único que nos hace libres; libres de pensar, de elegir de cuestionar… si tienes los recursos para hacer esto último, no te quedes sin hacer nada, únete a una causa, este país necesita más personas en acción y menos pasividad, no basta quedarse estático viendo lo que sucede todos los días.
Lamentablemente, como bien lo menciona el autor, somos una sociedad formada por individuos que no estamos dispuestos a trabajar en equipo y esto nos condena al fracaso. Y en verdad es lamentable, yo lo veo todos los días en cualquier ámbito. No pido que siempre estén de acuerdo conmigo, al contrario, me encantan esas pláticas donde hay diferentes puntos de vista, con bases sólidas… pero si tu base para hablar conmigo es ser agresivo, pasar sobre mí, juzgarme y sentirte superior, eso te hace el mexicano que no quiere hacer equipo, el que no quiere a su país. Y la realidad es que la forma SÍ IMPORTA.
México nació en 1821 sin identidad alguna y parece que aún no la tenemos… absorbemos lo que nos conviene y no cuestionamos lo que vemos y al contrario, perdemos el tiempo haciendo y compartiendo memes de lo que nos debería ocupar, porque preocupar en estos temas sobra. Si tuviéramos un pasado glorioso lo entendería, pero la realidad es que no existe tal y si sólo continuamos leyendo "pasado indígena - conquista - independencia - revolución" ¿en cuál de estos capítulos de nuestro pasado nos atoramos o cuál nos representa? ¿Realmente los conocemos o seguimos contándonos historias sobre mitos aprendidos? Y lo peor es que hoy el presidente sigue hablando sobre esos mitos y los retoma todos los días. Sigue instalado en el PASADO, e insisto, el futuro, ¿de verdad su futuro va en función de lo que necesita el mundo?. Las refinerías, pasar por la selva y destruir hectáreas enteras de vida silvestre es lo que necesita el mundo según su visión. Señor presidente, este país no necesita PASADO, necesita más propuestas sobre la visión a futuro, de la que existe en el mundo desarrollado. ¿Nosotros podríamos construir un hospital en 10 días como lo está haciendo China?... la respuesta es evidente, ¡por supuesto que no!. Pero seguimos discutiendo por un aeropuerto, el cual fue licitado en su momento mientras otras naciones crecen día a día y nos dejan cada vez más atrás.
Aún no entendemos que pensar diferente no es traición, y que para eso está el diálogo, pero ni aun los “representantes del pueblo”, cuyo deber es dialogar y negociar saben hacerlo. Y para atestiguar esta situación en mi país, es muy fácil, sólo enciende la televisión o escucha la radio de lunes a viernes a las 7 am y te darás cuenta de que el único que tiene la razón en este país y cuenta con la verdad es el presidente. Lamentable, vergonzoso y todos los sinónimos que podamos sumar al respecto.
Hoy 31 de enero, al escribir estas líneas y después de leer un par de periódicos y escuchar la famosa “mañanera”, me siento muy enojada de verdad. En resumen, lo que está ocurriendo es terrible y difícil de explicar y tratar de dimensionar. Vivo en un país donde un periodista está siendo demandado y juzgado por demostrar con hechos la tremenda #corrupción que vive México, un sistema de salud que no está proporcionando los medicamentos que la población más necesitada requiere y también sabemos que nuestro sistema de salud no es fuerte y está lejos de soportar una pandemia como la que está ocurriendo con el coronavirus. Vivo en un país donde se habla poco de México y de lo que ocurre porque interesan más otros temas, como el fútbol, las series de televisión y tal parece que cada día más gente se informa menos. Quiero aclarar que no está mal que veas el fútbol o series de televisión –yo también lo hago–, sin embargo, en mi mundo utópico me gustaría poder discutir más y hacer más por el lugar en el que he decidido vivir.
Y está bien que te informes, pero es mejor si actúas y haces algo por este hermoso país desde tu trinchera, lo que sea, pero haz algo, actúa. No puedes permanecer inmóvil ante los hechos de todos los días.
El libro simplemente me volvió a tocar estas fibras de que no podemos permanecer contándonos mitos sobre lo que ha vivido México. Cada escritor tiene su perspectiva, pero para poder tener la tuya tienes que leer más sobre México y no solo hablar en función de lo que escuchas o te cuentan, o peor aún, de lo poco que recuerdas de cuando estudiaste Historia.
Desde ya, gracias por leerme, y si estás en México y vives aquí, vuélvete presencia. Hay un sinfín de formas de hacerlo. Posiblemente no gane nada escribiendo esto, pero si te hizo reflexionar un poco o conocer un poco más, ya estoy de gane. 😊
Importante: no todo es culpa de López Obrador, ni de los que están en el gobierno, “la culpa” la tenemos muchos de nosotros por indolentes, por permitir que muchas cosas e injusticias se sigan dando como hasta ahora.




Por principio de cuentas, no se debió andar imitando a otros países ni adoptando corrientes ideológicas contrarias, ajenas y aún hostiles a nuestra identidad nacional. El cristianismo, substrato esencial de la cultura mexicana, fue calumniado y combatido por los gobiernos liberales. Al modificarse este núcleo central de nuestra cultura, cambió el modo de situarse ante la vida. Aunque conservara ciertas formas, la esencia de nuestra identidad cultural fue concienzudamente traicionada por los gobiernos liberales.
Es falso esto que afirma: "México nació en 1821 sin identidad alguna y parece que aún no la tenemos…". Ignoro si Zunzunegui también lo dice en el libro de marras pero, por supuesto que México nació y tiene su identidad propia: La unión de razas, la lengua y la Religión constituyen la columna vertebral de la cultura e identidad de la Patria Mexicana. No en balde esos tres valores estan simbolizados en la Bandera Nacional: la unión representada por el rojo y la Religión representada por el blanco. Sobre esta columna vertebral ha sido posible construir otros valores culturales (instituciones, arquitectura, musica, pintura, gastronomía). El otro gran valor representado en la Bandera, es el verde de la Independencia, misma que…