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Lo que no tiene nombre | Piedad Bonett

  • Foto del escritor: Mariana E
    Mariana E
  • 14 abr 2021
  • 4 Min. de lectura

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La escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas.


Millás.


¿Quién es Piedad Bonett y cómo llegué a ella?

Estas son las primeras dos preguntas con las que quiero partir y darles un poco de contexto acerca de esta escritora. Es una poeta, novelista, dramaturga y crítica literaria colombiana, es licenciada en filosofía y letras. Llegué a ella porque quería leer algo diferente a lo que estoy acostumbrada, como novela histórica, temas de desarrollo personal entre muchos otros.


Y vaya que lo logré, fue un libro el cual me movió muchísimo en un tema que llevo tiempo dándole vueltas, con la única razón de poder comprender más… el suicidio. Pero antes de entrar de lleno a platicarles sobre esta historia, les quiero compartir un poco más acerca de Piedad Bonett.


La escritora, como bien se menciona en un artículo del periódico El País, transita en su literatura los matices del dolor, de lo estremecedor, para tratar de digerir la vida. Aunque este es mi primer encuentro con ella les puedo decir que a través de Lo que no tiene nombre es simplemente el reflejo de estas palabras.


En una entrevista le preguntaron: ¿Siempre ha sido sincera? y esta fue su respuesta: Si algo traigo de mi crianza es ese valor ético, jamás he impostado. ¿Usar la literatura para mentir? ¿Para qué? El que engaña es el primero que se engaña.

Una historia que me conmovió en lo profundo me hizo entender de una manera en la que necesitaba hacerlo, el tema del #suicidio. Pudiera estar lejos de este tema pero la realidad es que no; sé poca de la historia de alguien que formó parte de mi vida, porque es algo que nunca me han querido platicar del todo y creo que hoy entiendo parte de las razones… parte de esto hoy es para ti; sé que me viste crecer de cierta forma a través de mi mamá.


El suicidio es un tema que en muchas ocasiones no logramos entender. Para los que juzgan es fácil emitir justo eso juicios al respecto, pero dentro de cada uno de nosotros se vive y se siente de manera profunda, a veces de maneras que nosotros mismos no logramos comprender porque no nos damos el tiempo y en muchas ocasiones porque ni siquiera sabemos cómo hacerlo.


Por impulsivo que sea el acto y confusos los motivos, cuando al fin una persona decide quitarse la vida ha alcanzado cierta claridad pasajera. A Álvarez.

Lo que no tiene nombre es el título de esta historia, pero encierra todo lo necesario… he escuchado en muchas ocasiones que el mayor dolor de una madre sería la muerte de su hijo o sus hijos, y de eso va esta historia, de comprender y entender la muerte de Daniel, hijo de Piedad Bonett. He visto muchas madres –incluida la mía– cómo se desviven por sus hijos casi siempre anteponiendo sus necesidades, deseos y anhelos de vida, por eso se vuelve inconcebible ver morir a sus hijos y más aún producto de un suicidio.


El suicidio de Daniel, un joven que tenía toda la vida por delante, pero como bien sabemos… no hay vida por delante, lo único que en realidad tenemos es el momento presente, ese que podemos volver el más increíble o el más devastador y para ciertas personas no está en sus manos el poder manejar esa realidad de una manera alentadora.

Soy puntual con el tema del libro y de alguna manera estoy haciendo spoiler sobre el tema central, pero la realidad es que el libro encierra mucho más, encierra la vida de un hombre en búsqueda de su existencia en este mundo a través de la pintura, un hombre exitoso, podríamos decirlo, porque fue aceptado en una de las mejores universidades de Estados Unidos. Un hombre que siempre fue apoyado, amado, soportado por su familia, sus padres, sus hermanas y con esto parecería que se tendría suficiente, sin embargo, no es así; hay cosas en la vida de muchas personas que están más allá de sus manos como el hecho de padecer una enfermedad.


Pero ningún amor es útil para aquel que ha decidido matarse. En el momento definitivo, el suicida sólo debe pensar en sí mismo para no perder la fuerza. Incluso, una de las razones para escoger ese final es que nuestro cariño le pese demasiado.

De verdad los exhorto a que lean esta historia estremecedora, llena de dolor y al mismo tiempo de reflexión, de poder entender que la vida a veces no resulta sencilla para muchos y que debemos ser más humanos, más empáticos, más abiertos a entender y escuchar.

Piedad Bonett habla de cómo vive de cierta forma el final de la vida de su hijo, de Daniel:

Otros levantan monumentos, graban lápidas. Yo he vuelto a parirte, con el mismo dolor, para que vivas un poco más, para que no desaparezcas de la memoria. Y lo he hecho con palabra, porque ellas, que son móviles, que hablan siempre de manera distinta, no petrifican, no hacen las veces de tumba. Son la poca sangre que puedo darte, que puedo darme.


La vida debe vivirse hasta que no pueda vivirse más.


Salman Rushdie


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Sobre mí

 

Soy Mariana, curiosa por naturaleza, apasionada de los libros, los viajes y las preguntas que nos hacen crecer.

Hace 7 años inicié este espacio como un rincón para compartir lecturas, reflexiones y momentos. Hoy lo escribo desde Alemania, pero con la misma energía y amor con el que comenzó en México.

© 2025  |  Mariana Espinosa

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