LA LOCA DE LA CASA | Rosa Montero

Porque leer es una forma de vivir.

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El primer libro del año me emociona muchísimo y más que haya sido esta historia (novela/ensayo), ya que me dejó un sinfín de libros más para leer y varias cosas interesantes de personajes que desconocía y que les compartiré brevemente en esta entrega.

Es importante mencionar que no vale la pena dejarse llevar por el título del libro, ya que a través de este ensayo, Rosa Montero nos comparte las diversas situaciones que viven los escritores, tanto buenas como malas, y también cuenta como es que llegó al título de esta entrega, porque puede resultar sumamente difícil ponerle un nombre a una historia.

¿Para quién va dirigido este libro? Si te gusta la literatura, conocer de escritores, de su vida, de lo que sienten, piensan, de sus inseguridades, frustraciones y además quieres leer una novela contada de una manera peculiar, inmersa en varios capítulos, entonces este libro es una muy buena recomendación.

Jamás seré spoiler de los libros que leo. Siempre buscaré a través de estas pequeñas reflexiones invitarte o motivarte a que leas buenos libros. Lo que buscaré siempre es compartirte algunos datos interesantes y en este caso, ciertas reflexiones de la escritora que me parecen sumamente valiosas.

¿Qué es la literatura? Y coincido con ella, es un camino de conocimiento que uno debe emprender cargado de preguntas, no de respuestas. Y es algo muy cierto, generalmente tenemos muchas respuestas a diferentes temas, pero lo importante sería hacernos las preguntas correctas.

La literatura es una facilidad innata y una dificultad adquirida. Hermanos Goncourt

Rosa Montero es una periodista y también novelista, y habla de lo que significa para ella tener estas dos facetas y sobre todo lo que significan y lo que conlleva un proceso de creación. Vargas Llosa lo señala muy bien: "la voluntad de crear nace de la insatisfacción frente a la vida". Y es que los seres humanos somos creadores todo el tiempo y si somos conscientes, aún más, siempre estamos viendo qué crear de manera constante para enriquecer nuestros días. Y resulta evidente que la escritura es un medio ideal.

¿Qué es el oficio literario para Rosa Montero? Para ella resulta ser paradójico y lo plantea muy bien en el libro, ya que menciona que en primer lugar escribe para sí misma, para el lector que lleva dentro, o porque simplemente no lo puede remediar, porque sería incapaz de soportar la vida sin entretenerla con fantasías; pero al mismo tiempo, necesita de manera indispensable que la lean; y no solo un lector, por exquisito e inteligente que éste sea, sino más personas, muchas más, a decir verdad según menciona muchísimas más, una nutrida horda, porque su hambruna de lectores es una avidez profunda que nunca se sacia, una exigencia sin límites que roza la locura y que siempre le ha parecido de lo más curiosa.

Me inspiró profundamente cuando detalla el proceso de escribir para ella y como la imaginación, la curiosidad y la lectura resultan ser herramientas indispensables para lograr algo magistral como un buen libro. Algo que también vale la pena mencionar es cuando habla de que en la escritura conviene seguir siendo niño en alguna parte de uno mismo. Conviene no crecer demasiado… y me gusta porque son los niños los que están más abiertos a imaginar y soñar despiertos; cuando crecemos vamos perdiendo esa magia hasta cierto punto, porque a veces la vida nos golpea de manera muy fuerte y ya no damos espacio a imaginar o soñar despiertos…

"Escribir ficción es sacar a la luz un fragmento muy profundo de tu inconsciente.

No, de lo que no se puede hablar hay que imaginar, hay que soñar, hay que hilvanar los cuentos sustanciales con los que nos contamos a nosotros mismo. Desde el principio de los tiempos, el mito ha sido la mejor manera de combatir el silencio."

Dentro de la historia existen diferentes fragmentos donde incita a la reflexión, a reconocer la vida de un escritor,. En muchas ocasiones te hace sentir lo mucho que pueden ser felices si sus historias son un éxito, pero también lo mucho que sufren al no serlo. Y esto me invita a contarles un poco de lo que aprendí en la lectura acerca de Truman Capote y su obra más importante, A Sangre Fría. Rosa Montero comparte que Capote enloqueció de alguna manera ya que el éxito que tuvo con A Sangre Fría fue avasallador y siempre quiso superarlo y con ello perdió toda proporción de la realidad en muchos sentidos, cosa que desconocía por completo. Al igual que Truman Capote, ella cuenta detalles muy interesantes de la vida de Tolstoi que nuevamente desconocía y que por supuesto vale la pena conocer.

Asimismo, podrán encontrar una historia/novela que es mencionada en tres ocasiones con finales distintos, que simplemente te lleva a imaginar y te deja al final con una incertidumbre que agradeces porque es cuando descubres que así fue simplemente perfecto. Aborda temas que también son de mi interés como el papel de la mujer en la literatura y de cómo existió un tiempo donde las mujeres vivían en la sombra, ya que sus nombres no aparecían en las portadas de los libros y eran los maridos a los que se les reconocía; hoy me llena de alegría que ya no vivamos en esa época y hay que reconocer que como mujeres estamos viviendo un boom y un despertar en muchos sentidos desde hace ya varios años. Por ejemplo, el hecho de que hoy yo escriba, es de lo más importante para mí, algo que antes hubiese sido impensable.

Este libro representó un aprendizaje constante para mí en cada página. Vidas que desconocía y sentimientos de los escritores en los que jamás me había puesto a pensar, por lo que les recomiendo ampliamente leer La loca de la casa.

Alcanzar la distancia exacta con lo que cuentas es la mayor sabiduría de un escritor; tienes que conseguir que lo que narras te represente, en tanto que ser humano, de un modo simbólico y profundo, del mismo modo en que los sueños lo hacen; pero todo eso no debe tener nada que ver con lo anecdótico de tu pequeña vida. << Los novelistas no escriben sus asuntos, sino en torno a ellos >> Julian Barnes.

La novela es un artefacto temporal, como la misma vida.

Rosa Montero