La Bailarina de Auschwitz | EDITH EGER
- Mariana E

- 27 mar 2020
- 4 Min. de lectura
El amor no es lo que sentimos sino lo que hacemos.

Lo sucedido no puede olvidarse ni cambiarse jamás.
¿Quién es Edith Eger?
Una mujer que vivió el Holocausto, una sobreviviente, hoy una psicóloga cuya trayectoria me ha dejado cautivada, inspirada y por qué no decirlo, motivada.
"Ser una sobreviviente, salir adelante, requiere de una aceptación absoluta de lo que se ha sido y de lo que se es. Trascender sus propias necesidades y comprometerse".
Jamás podremos escapar de nuestro pasado pues forma parte de nuestra vida, de las historias que nos hemos contado a nosotros mismos, de las cicatrices o huellas que nos han marcado, ¿pero podemos resignificar nuestro pasado?. Me parece que sí, empezando por no juzgarlo, siempre con el único objetivo de vivir una vida más plena en el instante presente <<Aquí y Ahora>>, que es lo único que tenemos.
La historia de Edith Eger, me inspiró, me hizo conocer artistas de la música clásica que desconocía, momentos de la historia del mundo que tampoco conocía, –aunque he visto ya muchas películas sobre el tema–, me hizo enamorarme del amor, llorar por momentos, querer saber si había un reencuentro o no con sus hermanas, querer saber más de ella y admirarla por muchas razones. Sin duda es una gran historia completamente conmovedora y si has tenido la oportunidad de leer a Viktor Frankl en "El sentido de la vida", este libro te sorprenderá, derivado de la conexión que guardan entre ellos.
Entremos a profundidad al libro y a compartirles cuales fueron esos mensajes e ideas que más me sensibilizaron, me hicieron cuestionarme y por los cuales vale la pena leer este libro, "La Bailarina de Auschwitz".
En un inicio hable de resignificar nuestro pasado. Me gusta pensar que podemos darle un sentido distinto a nuestro pasado todas las veces que queramos, "... si nos permitimos afligirnos por nuestras pérdidas, heridas y decepciones, estamos condenados a revivirlas. La libertad reside en aceptar lo sucedido. La libertad significa armarnos de valor". Y entender, perdonar lo vivido.
Las historias que nos contamos mientras estamos vivos, se van transformando de muchas maneras, sin embargo, esta historia conmovedora está llena de momentos difíciles, de encuentros, de amor, de magia y al mismo tiempo de algo tan preciado que a veces no solemos valorar que es la #LIBERTAD.
Te pregunto:
¿Qué es eso que más valoras hoy de tu vida?
Siempre tenemos la posibilidad de decidir, la posibilidad de tener el control y no me refiero al control sobre nadie ni sobre nuestro entorno. Esta posibilidad de decidir que comento ahora, es en función de nuestros pensamientos todo el tiempo, qué es lo que estamos decidiendo pensar todo el tiempo.
Estamos hechos de momentos, de instantes, "...incluso los momentos más insulsos de nuestra vida son oportunidades para experimentar esperanza, optimismo y felicidad".
Ser libre en este sentido, es ser libre de tu pasado y de todas esas ideas que te construiste.
"Nuestros recuerdos de infancia son a menudo fragmentos, breves o encuentros que, juntos, conforman el álbum de recortes de nuestra vida. Son lo único que nos queda para entender la historia que nos explicamos a nosotros mismos acerca de quiénes somos.
Puedes vivir para vengarte del pasado o puedes vivir para enriquecer el presente. Puedes vivir en la prisión del pasado o puedes dejar que el pasado sea el trampolín que te ayude alcanzar la vida que deseas".
Si vives pensando en un pasado que no te gusta, en el que a lo mejor no fuiste feliz y que hoy no te permite ser libre… resignfica ese pasado, dale un sentido. Y creo que la mejor forma de empezar es cuestionándote, preguntándote, voltea a ver a tu interior y por qué no, pregúntate:
¿Hace cuánto tiempo no estás sola o solo, para estar contigo?
"Cuando más feliz me siento es cuando estoy sola, cuando puedo retirarme a mi mundo interior".
Edith Eger: "En Auschwitz, en Mauthausen, en la marcha de la muerte, sobreviví recurriendo a mi mundo interior. Encontré esperanza y paz en la vida dentro de mí, incluso cuando estaba rodeada de hambre, tortura y muerte. Después de mi primer flashback, empecé a creer que mi mundo interior era donde vivían mis demonios. Que había una plaga dentro de mí. Únicamente después de muchos años llegué a entender que huir no cura el dolor".
Todas esas experiencias dolorosas, son un regalo. Nos proporcionan perspectiva y sentido, una oportunidad de encontrar nuestro objetivo y nuestra fuerza.
"Nadie puede quitarte lo que pones en tu mente. Todo el éxtasis de tu vida vendrá de tu interior".
¿A cuántas personas no conocemos que les da “miedo” estar “solos”?
¿Por qué miedo?. Últimamente me cuestiono todos mis miedos; ¿cuándo decidí que existieran y que no me permitieran ser todo lo que quiero ser.? Y por supuesto que Edith Eger habla sobre los miedos, me encantó esta pregunta: ¿Y si lo desconocido nos hiciera sentir curiosidad en lugar de miedo?
Sería increíble tener esta pregunta presente en nuestras mentes, me parece que nos atreveríamos a más cosas y amaríamos mucho mas y con más libertad.
"Correr riesgos no significa lanzarnos a ciegas al peligro, sino asumir nuestros miedos para no ser prisioneros de ellos".
El libro, como pueden ver, aborda varios temas y entre otros el perdón, que vale la pena entender desde la perspectiva de una persona que vivió uno de los mayores genocidios que ha vivido la humanidad.
Les comparto algunas frases que me gustaron sobre el perdón:
No hay perdón sin rabia.
Consiste en que perdones a la parte de ti que fue afectada y la liberes de toda culpa.
El tiempo no cura. Lo que cura es lo que haces con el tiempo.
Y con todo y lo que vivió encontró algo por lo cual luchar, continuar y aferrarse a vivir. ¡Y SI vas a vivir tienes que luchar por algo!
Mientras vivas, existe el riesgo de sufrir más. También existe la posibilidad de encontrar una manera de sufrir menos, de elegir felicidad, para lo cual es necesario que asumas tus responsabilidades. "... Cuando dejas de hacer lo mejor para ti y empiezas hacer lo que crees que alguien necesita, estás tomando una decisión que tendrá consecuencias para ti".
"En realidad, no importaba lo que esperábamos de la vida,
sino lo que la vida esperaba de nosotros".
Viktor Frankl.




Comentarios