El cerebro de mi hermano | Rafael Pérez Gay

Esto es lo que yo creo que es la hermandad:

dos niños jugando a que son eternos.

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Pocas veces suelo escribir mis reseñas tan pronto termino los libros… siempre me tomo un tiempo con el afán de hacer un poco de introspección y entender qué me dejó la lectura y después poder plasmarlo con más claridad.

Pero esta ocasión es diferente. Primero platicarles cómo llegó este libro a mis manos: en la FIL de Guadalajara, es decir hace casi 7 meses, fue un regalo de mi papá y hoy platicando con él me comentó que lo había marcado. Los libros, reitero, parece que tienen un pacto muy extraño, uno los abre en el momento adecuado para dejarte mensajes y en este caso hasta enchinarme la piel.

Es la primera vez que leo a Rafael Pérez Gay, escritor mexicano. Entre su obra se destaca Me perderé contigo (1988), Esta vez para siempre (1990), Llamadas nocturnas (1993) entre otras.

Estudió Letras Francesas en la UNAM.

Escribir de una forma tan intensa y real sobre una memoria tan personal como puede ser un hermano, hizo que me atrapara desde las primeras páginas. Narra lo que fue la vida de su hermano José María Pérez Gay (1943-2013): filósofo, escritor, traductor y diplomático; hermano mayor y por supuesto amigo de las letras. Me parece una reflexión sobre la vida y la muerte y como éstas conviven todo el tiempo, también sobre la enfermedad y acerca de la condición humana.

Había encontrado en el humanismo una razón de ser y en la literatura una realización profunda de su alma. Ilustración Kantiana: el hombre libre por el don de la razón.

Los libros nos acompañan siempre para reflexionar y esta semana en particular mis pensamientos han estado encaminados un tanto a la existencia y al límite tan cercano que tenemos con la muerte; no sabemos cuando ni en que momento, pero sabemos que es hacia donde vamos todos. En muchas ocasiones es producto de enfermedades silenciosas que van habitando en nuestro cuerpo durante años, hasta que llega un momento donde es evidente que se necesita intervención médica.

El destino es el lugar donde está ocurriendo la vida.

Perder lo que más has amado en tu vida, como puede ser aprovechar tu cerebro a través de las letras, o sea no poder volver a leer como consecuencia de tu enfermedad, siempre ha sido uno de mis más grandes miedos y en esta historia, a través de la vida de José María Pérez Gay, fue toda una proyección hacia ese miedo que me provoca el solo pensarlo.

Somos nuestra memoria. Si no recuerdas,

dejas de ser alguien para convertirte en nadie.

Hay muchos temas dentro de este libro corto y poderoso (141 páginas), que para mi valieron toda la pena, empezando por un lazo del cual me siento muy afortunada de poder experimentar y que es tener hermanos; esas relaciones tan particulares que tenemos con ellos, donde si bien fuimos creados por los mismos padres, al tiempo nuestras diferencias de ver la vida son 100% asimétricas se ven plasmadas y me recuerdan todas esas discusiones que ellos tuvieron de política, similares a las que yo he tenido con mi hermano e incluso recordar a mis tíos. Lo curioso del asunto es que el personaje central es el mismo, López Obrador... que será, qué tiene este personaje que hace que muchos perdamos los estribos.

Algo que me atrapó desde las primeras páginas es que su hermano vuela a Alemania a estudiar filosofía y germanística en la Universidad Libre de Berlín y esto se convierte en parte crucial de la historia y me parece muy interesante también por lo que logra, pues fue traductor al español de Johann Wolfgang Goethe, Thomas Mann, Franz Kafka, Karl Kraus, Hermann Broch, Walter Benjamin, Habermas, Theodor Adorno, Joseph Roth, Elías Canetti y Hans Magnus Enzensberger, entre otros escritores.

Los límites del lenguaje son los límites de mi pensamiento.

Wittgenstein

En el libro van a poder encontrar muchas frases e ideas de escritores y filósofos, lo que lo convierte en algo mucho más enriquecedor. Por otro lado, al estar tan ligado con la cultura en México, reconocerán a ciertos personajes de esa época como Carlos Monsiváis, lo cual es un plus para seguir aprendiendo más de la cultura y lo que ocurría en aquellos tiempos.

El tema principal para mí se centra en su enfermedad y por ende la muerte… y como ésta va cambiando por fases y cómo de cierta forma nos va transformando hasta perder lo que más amamos. Esclerosis múltiple fue uno de los diagnósticos, que es una enfermedad degenerativa sin cura. Sin embargo, la compañía y el amor de los suyos se vuelven cruciales dentro de esta historia, dejando atrás los rencores y disputas por ideologías.

La muerte no descansa nunca.

El tiempo es la forma de misericordia que tiene la eternidad con nosotros.

Zbigniew Herbert

Esperar la muerte es la forma más representativa que tiene el tiempo.

Me tomó años entender que la muerte es un hecho cruel que define la vida: sin la conciencia de ese acto sin retorno, nadie comprenderá la índole misma de la existencia; si no admitimos que los días felices están contados, no hay lugar para el placer y la diversidad de las cosas magníficas que hay en el camino a la tumba.

Coincidencias de la vida... José María Pérez Gay muere un 26 de mayo de 2013, hace exactamente 10 años. Al leer la fecha se me puso la piel chinita, no lo pude evitar y las lágrimas corrieron por mi cara al leer una de las cartas que se escribía con su madre, cuando se encontraba en Alemania.

Sin libros se pudren las alegrías. Canetti