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José Mujica. Lo que me deja…

  • Foto del escritor: Mariana E
    Mariana E
  • 22 may
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 27 may




Me parece que es el único personaje de la escena política contemporánea que desde que lo conocí, simplemente admiré y respeté, porque logró lo que pocos: ser congruente entre lo que pensaba, decía y hacía. Algo que hoy en día escasea en muchos ámbitos.

Para mí, se fue alguien a quien admiraba y respetaba profundamente, alguien a quien siempre me detenía a escuchar. Casi todos sus discursos me dejaban una enseñanza, una lección.


Hoy me parece que estamos carentes de líderes, de esos que inspiran y fomentan la paz, que apelan a la razón más allá del poder —ese poder que se les otorga por un tiempo limitado y que muchos terminan por abusar.


Me acerqué a la vida de Mujica a través del libro Una oveja negra al poder. Me llamaba la atención el cambio que estaba generando en Uruguay, y cómo su influencia empezaba a trascender fronteras, tocando otras partes de América Latina (un libro que les recomiendo.)

Hoy se conoce mucho sobre él, especialmente su estilo de vida. Un estilo que contrasta con la era de consumo desmedido en la que vivimos. Él, en cambio, eligió una vida austera, y en muchas ocasiones lo expresó claramente: para él, lo relevante era ser feliz. Y siendo honestos, para ser feliz no se necesita mucho; lo que sí es indispensable es tener buena salud.

Vivir es cotidiano, y no le damos valor. Asumimos que tenemos mucho tiempo, pero en realidad nunca sabremos cuánto nos queda. Por eso es fundamental ser conscientes de cómo usamos nuestro tiempo, a qué y a quién se lo dedicamos, si decidimos vivir el presente o quedarnos atrapados en el pasado, o ansiosos por el futuro.

"Pobres son los que quieren más, los que no les alcanza nada", añadió."Esos son pobres, porque se meten en una carrera infinita. Entonces no les va a dar el tiempo de la vida ni nada."


Mujica vivió de todo. En 1970 recibió seis balazos y sobrevivió de milagro. De 1973 a 1985 —es decir, durante 15 años— estuvo preso durante la dictadura militar en Uruguay. Fue liberado con el regreso de la democracia. En 2009 se lanzó como candidato a la presidencia y ganó en segunda vuelta con el 50 % de los votos. En 2024 anunció que le habían diagnosticado cáncer de esófago. El 13 de mayo de este año falleció, a pocos días de cumplir 90 años.


Hoy, muchos lo ubicamos en América Latina como un hombre que trascendió las fronteras de su país. Un líder de izquierda que pensó en su nación e impulsó cambios importantes. Como todo gran líder, generó controversia dentro y fuera de su país. Marcó distancia de figuras como Hugo Chávez y Lula da Silva, quienes representaban otra corriente de la izquierda latinoamericana. No hace falta conocerlo mucho para saber que despenalizó el aborto y legalizó el uso de la marihuana en Uruguay.


También hablaba y reflexionaba sobre la muerte. En uno de sus discursos dijo:

"Y, ¡por favor!, no vivas temblando frente a la muerte. Acéptala como los bichos del monte. El mundo va a seguir dando vueltas y no va a pasar nada, no va a quedar nada de todo ese temor al pedo... Hay que ser más primitivo."


Aprovechemos esta vida, nuestros días.

 

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Un poco de mí

Mariana en una palabra: pasión.

En dos: Pasión y Energía.

 

¿Quién soy? Difícil definirlo; lo que sí, es que soy una mujer apasionada en lo que hago la gran mayoría del tiempo.

© 2025  |  Mariana Espinosa

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